Evidentemente el firmamento es el de las estrellas Michelín.
Acaba de sacar la edición del centenario y ya hay una gran queja y una deserción. El nuevo tres estrellas resulta que es el restaurante en el que come, casi a diario, Sarkozy y dicen los críticos que se les ha visto el plumero porque no se lo merece. En esas estamos todos.
La retirada sí parece más grave: Marc Veyrat la gran esperanza francesa con dos restaurantes de tres estrellas (20 puntos sobre 20 en la Gault Millau que es quien realmente le descubrió) ha decidido devolver sus tres estrellas y cerrar su restaurante personal Auberge de L’Eridan (el otro es una asesoría), pensando en abrirlo de nuevo con un perfil más bajo al estilo que ya han hecho otros. Monitor de esquí antes que cocinero, dice que aún no se ha recuperado totalmente de una grave caída que tuvo hace ya un par de años (de hecho sigue con muletas) y que le supone mucho strés todo el asunto.
Este cocinero es, al estilo de nuestro Andoni, uno que apuesta por lo local, por las hierbas que él mismo crece y por la naturaleza que le rodea, además su próximo restaurante quiere que sea uno de cocina ecológica. Dicen que es un mago en la cocina, pinta de Tamarit ya tiene.