Conde de Valdemar fue una marca muy reconocida en nuestra ciudad durante años. Se vendía bien y representaba un vino de Rioja muy clásico pero muy bien hecho. Con el paso del tiempo, los gustos más modernos han ido haciendo que la marca sea menos conocida y se vea menos en las mesas de los restaurantes. Pero merece la pena que no quede olvidada.

La bodega Valdemar siempre ha sido pionera en todo lo que ha hecho. Aún no siendo de las más clásicas, siempre ha sido una bodega que se ha preocupado por el viñedo (absolutamente todo su vino es de viñedos propios) y la tecnología. Desde sus comienzos ha sido una bodega pionera en los avances tecnológicos, fue la rpimera bodega en hacer un rosado con la técnica del sangrado y la primera de la época moderna en hacer un blanco fermentado en barrica.

No podían quedarse atrás en la elaboración de vinos más modernos y han sabido ponerse las pilas con la colección Inspiración de Valdemar.

 Concretamente me fijo en Inspiración Valdemar 05. Un vino que por su hechura es un riojano muy clásico con un 90% Tempranillo y un 10% de Graciano. Pero se basa en unos viñedos especialmente seleccionados y una manera de elaborar más moderna. Al principio no dice mucho (al menos a mi no me lo dijo), sin embargo a medida que pasa el tiempo se convierte en un vino que merece la pena y de manera consistente.

Porque aunque hay mucha fruta (arándanos y frutas rojas) no es una golosina fácil y empalagosa a la que nos tienen acostumbrados muchos vinos modernos. En un moemnto determinado aparece la madera (sólo nueve meses de barrica) que equilibra y lo coniverte en un vino para toda la comida.

Es un vino divertido y fresco pero, al mismo tiempo, muestra a las claras lo que es un vino moderno de Rioja y por 8 euros en Lukas merece la pena siempre. Se puede llevar a una cena importante y quedar como un rey sin tener que dejarse los ahorros que ya no tenemos. Merece la pena.

Blog escrito escuchando: Cornelius – Point