Cuando llegamos al asunto wagyú la pregunta siempre es la misma y la respuesta también: depende.
¿Qué buscas en una txuleta? ¿Qué sabores? y, sobre todo, ¿te gusta jugar a la lotería?
Si lo que quieres es un sabor a carne carne, entonces sí. Y si quieres tener la absoluta seguridad de que todas y cada una de las piezas que compres te va a salir perfecta, entonces un sí rotundo.
En el wagyú no hay bromas o es buena o es mejor. Con la vaca (e incluso con el buey) puede que te salga dura, algún día no tiene sabor y, casi siempre, lo que te encuentras por ahí acaba sabiendo a brasa.
Y, además, con el wagyú sabes que incluso una triste costilla te va a saber a gloria bendita. Yo siempre lo recomiendo, empiecen por la costilla, haganla poquito y sabrán lo que es la carne de wagyú sin dejarse el sueldo. Merece la pena. Esta carne es muy diferente y aquí les dejo a Patxi Larrañaga explicándola: