Y resulta que ya sabemos, de sobra, que el pescado tiene unos Omega 3 que te mueres de lo buenos que son. Y ya se habían hecho estudios básicos que decían que aquellos consumidores de vino junto con su pescado azul tenían mayores niveles de Omega 3 en el cuerpo que aquellos que sólo consumían el pescado. Con aquello se demostró que el alcohol ayudaba a que el Omega 3 se pegara a los vasos sanguíneos.
Bien, pues se ha prodfundizado aún más y se sabe que los consumidores de vino y pescado (siempre hablamos del pescado azul) tienen menos problemas cardíacos porque tienen un 20% más de tejidos, lo que hace pensar que, gracias al vino y al pescado los tejidos del corazón se regeneran con regularidad.
Por supuesto, como siempre ocurre en estos estudios, se habla de un consumo moderado (entre 2 y 4 copas diarias) para que tenga un efecto protector del sistema cardiovascular. Así que lo que va mejor con el pescado es el vino, no dice qué tipo de vino pero tratándose de pescados azules y dependiendo de cómo estén hechos los benditos de ellos yo sugeriría desde blancos con estructura hasta tintos jóvenes y frescos. Cervezas y otro tipo de bebidas alcohólicas no entran en dicho estudio. ¿Tendrá algo que ver que se ha hecho en universidades francesas para un centro de investigación en Grenoble? Cualquier cosa.
Blog escrito escuchando: Mojo Nixon – Whiskey Rebellion