Así que hoy es 17 de marzo y por lo que dice el calendario de las juergas es el día de San Patricio. Suele ser el día en que la gente se pone verde de cerveza por aquello de que el verde es el color del pais en cuestión y las cervezas parece que sólo hablaran irlandés.
Personalmente aprovecho el día como una oportunidad para celebrar que estoy vivo con un buen trago de una bebida que, a veces nos olvidamos, es más irlandesa que escocesa. Porque la leyenda cuenta que el mismo San Patricio dejó dicho que su día se celebrara con esa “cosa fuerte” e incluso condenó a un hostelero que sirvió poco whiskey a sus clientes.
Nos pensamos que San Patricio era irlandés cuando es más probable que fuera esocés, de la misma manera nos pensamos que el whiskey debe su nacimiento a Escocia, cuando fue Irlanda su primer lugar de honor. Al fin y al cabo fue en Irlanda donde se establecieron los primeros monjes cristianos y ya se sabe que donde hay curas hay una buena bebida, sobre todo si tenemos en cuenta que traían consigo el arte de la destilación. Se supone que la primera destilería data del siglo XII, aunque es cierto que los primeros escritos sobre la bebida datan del siglo XV. Y en épocas más modernas se cuenta que en pleno siglo XVIII había cerca de 2000 destilerías en Irlanda (1 por cada 2000 habitantes), para que nos demos cuenta de la magnitud de la cifra, hoy, en Escocia hay unas 100 destilerías.
¿Qué pasó entonces? Por un lado el irlandés que inventó el alambique moderno, aquel que permitía reducir al mínimo los costes de la fabricación de la bebida, se tuvo que marchar de Irlanda porque nadie aceptó su idea, así que se fue a Escocia donde acogieron con pasión el invento y empezaron a hacer un buen whisky a precios mucho más baratos. Llegó la prohibición americana, el whisky irlandés, precisamente porque irlandeses eran los bebedores americanos, dejó de beberse de golpe y también ayudó la independencia irlandesa. Al final todos se quedaron en la ruina. Así que a cerrar. Quedó una sola destilería que ha estado luchando en el mercado durante años, Jameson (ahora de Pernod Ricard).
Hoy en día hay tres, Cooley (la única de propiedad irlandesa) y Bushmill (Diageo) se han sumado a una manera de hacer whiskey que se distingue claramente por su sabor y su suavidad, el whiskey irlandés siempre lleva una triple destilación lo que hace que sea más meloso, frente a la doble destilación de los escoceses.
Yo no lo dudaría, si tuviera que celebrar el día de San Patricio me iría a un whisky irlandés para preparar el Old Fashioned que tanto me apasiona porque el whsikey irlandés hace que los cocktails siempre sean mejores. Eso sí, siempre piensa en verde. Que ustedes lo pasen bien.
Blog escrito escuchando: U2 – War