De acuerdo, quedamos para tomar algo. Tenemos muchas cosas de las que hablar así que más vale que encontremos un lugar en el que estemos tranquilos para poder disfrutar de la conversación.
No estaría mal que empecemos por el aperitivo. Ya sabes, la cerveza de rigor y, si se alarga la cosa seguimos con la comida y, si hiciera falta, alargamos la sobremesa.
Por cierto que para estos casos ya he encontrado la compañía ideal. Ya sabes que siempre me ha gustado la cerveza con cuerpo, elegante, incluso para el aperitivo. Así que empezaremos con una Cruzcampo Gran Reserva. La primera impresión no puede ser mejor porque tiene un color oscuro, ámbar, que ya te está avisando de que viene algo bueno. Y la espuma es muy uniforme, compacta, se nota cremosa. La primera entrada en boca es donde te encuentras con una cerveza con un carbónico muy ajustado lo que la hace apetecible.
¿Y sabes qué te digo? Que según lo que elijamos para comer me quedo con la cerveza. Porque es muy compleja, yo he notado desde cítricos hasta algo de frutos secos, pero lo que más me gusta de esta cerveza es que tiene un final de regaliz muy claro y un ligero amargor que te pide más. Quizás sea porque está hecha con tres tipos de malta y con un lúpulo muy aromático. También tendrá que ver la levadura. De eso no sé, pero está muy buena.
Además, sin tonterías, al precio que debe tener una cerveza, eso sí, para que no tengamos que estar pidiendo botella tras botella las hacen en la medida de 0,75, para que parezca un vino.
Me la quedo también como copa por si se alarga la tarde. Así que hasta cuando quieras.