E incluso te hará ver las cosas con otro sentido, que a veces nos la quieren complicar demasiado.
Y es que hay gente que siempre ha pensado en lo fácil que es montar un bar “se gana mucho dinero” te cuentan y con lo fácil que es poner una bebida, se abre la botella y ya está, lo más difícil es la caña, pero eso en una tarde con Ramón te lo quitas de encima y tiras la mejor caña del barrio (siempre y cuando tengas la Cruzcampo de turno).
Pero ya no estamos a eso. Que estar sólo a Rolex era fácil, sacabas una imitación, te la pagaban a precio de Rólex y ya está. Pero ahora ya no, ahora te llega un cliente y está a setas y a Rólex. Y entra el raro de la cuadrilla y pide un Negroni, ese cocktail que sirvió para que los años 20 Florencia fuera un lugar de ambiente distendido y tertulias agradables en una Europa de posguerra, esa ciudad en la que el Conde Camillo Negroni le pidió a su barman favorito que le alegrara el “americano” que se tomaba a diario. El barman lo hizo sencillo, porque las mejores cosas de la vida se hacen sencillas, le añadió a la medida una de ginebra y en paz.
Así que tu pides un Negroni y te ponen cara rara como pasa en la mayoría de los sitios (por el Centro de Bilbao, en torno al Guggenheim puede que entráramos en 5 o 6 locales y nigunno supo de qué estábamos hablando). Pues ya no des tu brazo a torcer. Al menos yo ya he decidido que doy un paso al frente y empiezo a pedir:
– Primero el vaso bajo, el de whisky oficialmente conocido como vaso de Old Fashioned y, en su defecto, incluso te sirve un vaso de sidra.
– Segundo los hielos hasta arriba.
– Tercero botella de ginebra, botella de Campari y botella de vermouth y que los hay en todos los bares.
– Cuarto, se echa en el vaso la misma medida de cada bebida, es lo que se conoce como “a tercios”.
– Se pone una corteza de naranja y a beber.
Puede que no te salve la vida, pero te arranca la noche como nadie y gusta a todo el mundo porque tiene su punto dulce, su punto amargo y su punto seco.
Os dejo aquí el video del amigo Txaber Allue (El Cocinero Fiel) que quiso estrenar cámara con el cocktail en cuestión – eso sí su medidor es más de cocina que de coctelería pero sirve.
Pd.: Hay quien dice que prefiere prepararlo en vaso mezclador, hemos hecho la prueba y prefiero esta sencillez que es la fórmula original.
En twitter: @guiabuenamesa