La ministra de Sanidad ha prohibido que se haga alusión a la salubridad del vino. Así de tajante.
Un buen amigo me regaló una joya escrita por Xavier Domingo hace ya 30 años, ‘ El vino trago a trago’ y en el capítulo titulado ‘El vino que cura’ habla del libro escrito por un médico francés a mediados de los años 70, el Dr. E A Maury titulado ‘Soignez-vous par le vin’. A este médico le pidieron que, además de relacionar los vinos franceses con la salud lo hiciera también con algunos vinos españoles. Estas fueron sus conclusiones:
“el Jerez, que sale de la uva palomino blanco, la cual crece en tierra caliza, rica en arcillas y óxidos de calcio, tiene aplicación terapéutica en individuos descalcificados, en los que padecen carencia crónica de sales minerales, en los que sufren dolencias gastrointestinales y en los inapetentes. El Jerez es bueno contra las gripes, catarros y otras dolencias de ese tipo invernal.”
Maury recomienda los málagas a los hipotensos y a los fatigados o convalecientes de intervenciones quirúrgicas graves. El Valdepaeñas, nacido en suelos ricos en silicios y granitos, es bueno para los propensos a perturbaciones gastrointestinales y para los raquíticos.
Los riojas, de suelo rico en potasios y taninos, son excelente remedio de ane´micos, víctimas de depresiones nerviosas, enteríticos, hipotensos y afligidos de debilidades cardíacas.
Y, además de demostrar que el champagne, como el jerez es un excelente tónico cardíaco, termina diciendo: “todos los vinos españoles, en conjunto, merecen consideración de tónicos psíquicos, euforizantes, tonicardiacos y remineralizados.”
Al paso que vamos me temo que este será uno de los primeros libros que vayan a la hoguera, a la ministra no le queda otra que hacer su propio Indice de Libros Prohibidos y el siguiente paso será la inquisición. No queda nada.