Como de vez en cuando me da por recomendar vinos diferentes voy a hablar de uno antes de que llegue el calentamiento global con el que nos amenazan. Es un vino de Cádiz donde, si acabamos como nos dicen que acabaremos, no debería haber vino dentro de unos cuantos años ya que se harán al norte de Inglaterra.

El vino en cuestión se llama Taberner (Bodegas Huerta de Albalá). Es de Vicente Taberner, un valenciano listo que se ha dedicado a la importación de vino en Alemania y que conoce a la perfección los gustos más comerciales e internacionales de los vinos. Dicen que anduvo buscando una zona perfecta para hacer sus vinos propios y después de pasearse por zonas vinícolas de España, Argentina y Chile se encontró con una finca en Arcos de la Frontera que le parecía la más adecuada. Plantó lo que quiso (me imagino que ese habrá sido uno de los principales motivos de encontrar una zona “adecuada”, no hay Denominación de Origen que le obligue a plantar lo que no quiere plantar) Syrah, Merlot, Cabernet y algo de Tintilla de Rota para hacer el vino que sabe que se aprecia y se vende. Su primera cosecha ha dado una puntuación de 92 y 95 puntos en la tan deseada escala Parker. Perfecto.

Uno se imagina un vino potente cuando ve los 15º que pone la etiqueta y sin embargo se bebe como si fuera un zumo. Es intenso y elegante porque la madera no puede con la potencia de esa uva y es un vino muy recomendable que puede gustar facilmente en cualquier mesa y, por encima de todo, es un vino que emociona y del que uno se queda colgado porque es muy diferente. Además lo hace una enóloga, Milagros Viñegra.

Es un vino entorno a los 14€ en las tiendas del ramo aunque es más seguro preguntar en www.urraki.net