Hace unos días se reunieron unos sabios que se dedican a esto del comentario y de la crítica gastronómica para sacar conclusiones del 2007 y marcar objetivos para el 2008. Estas son algunas de las cosas de las que hablaron:

1.- Que el movimiento más importante que se está produciendo en la gastronomía local es la irrupción de los “bistrós gastrronómicos” que serán la nueva punta de lanza de la gastronomía donostiarra. Locales como A Fuego Negro, Narru, Bukowski o incluso el mismo Zeruko (si se pone más guapo) no sólo son un nuevo símbolo sino que, además, están regentados por jóvenes cocineros a los que aún les queda mucho camino por andar. Y serán la futura influencia de próximos locales que se abrirán. No quedará lejos el día en que incluso alguno de los tres estrellas abra algún local de este estilo donde se puedan dar menús más económicos, sin tanto aparataje y de un nival altísimo. Ya lo han hecho otros en Francia, ahora sólo queda el momento en que alguien dé el primer paso.

2.- Que están hasta los mismísimos de que las bodegas sigan sacando marcas y más marcas saturando el mercado de vinos. Y hartos de que los iluminados de turno aparezcan con la botella de un amigo del primo del cuñado que conoce a uno que tiene una mini bodega que hace un vino de quitarse el sombrero y por menos de un euro. Si no está en la guía Peñín con más de 8000 vinos catados (sale una media de 22 vinos diarios) y 13000 marcas reseñadas lo más seguro es que no merezca la pena.

3.- Que no se creen que exista la “mejor txuleta que jamás hayas probado” por el módico precio de 30 euros, con tortilla de bacalao, pimientos y bebida incluida. Cada cosa tiene un precio y hay un precio por cada cosa.

4.- Que los cocineros se dejen de zarandajas del arte y se dediquen a ser artesanos. La compra del producto, la cocina básica y las salsas como tienen que ser son lo que hace que un cocinero destaque. Podrán ser magos, artesanos o sencillos cocineros y eso es mucho en la tierra que vivimos.

5.- Que los inspectores de la Guía Roja pongan más atención en su visita a San Sebastián que no tienen la vista muy bien graduada.