Mientras los franceses discuten si deben poner o no la fecha de degüelle en las botellas de champagne los cavistas andan a la greña sobre el euro que debe costar la botella. Menos mal que se empeizan a distinguir los buenos, los grandes productores, de los que sólo buscan hacer mercado por el precio.
Los buenos hace tiempo que tomaron la decisión de la calidad por encima de todo, y han empezado por poner la añada en la etiqueta de sus cavas, conscientes de que a quienes les gusta el cava de verdad saben que una añada es el símbolo de un vino bien hecho, un vino de calidad que mejora en botella después de haber pasado sus buenos meses en la bodega.
Recaredo es uno de ellos. Fue el primer gran cava que entró en mi vida hace ya muchos años, en el momento en que pasas del de supermercado porque buscas algo más y te encuentras con cavas del estilo de REcaredo y te abren un mundo nuevo. Bajó un poco a finales de los 90 y ha vuelto a coger la senda de los más grandes. Y aquí está con este Brut Nature 2007 y no te da miedo cogerlo porque primero sabes que detrás hay una serie de gente joven que apuesta por las cosas bien hechas que detrás hay una viticultura cuidada de sus propios viñedos, sabes que hay una parte que fermenta en barrica que le da un carácter diferente al cava, y que hay una serie de pasos cuidados, como por ejemplo que el degüelle se hace sin congelar la punta de la botella.
Un cava para gozar de mucha fruta blanca y un toque amielado que irá creciendo con los años (yo no lo veré porque pienso tomarme cada botella que caiga en mis manos), sobre todo es un cava graso que entra facilmente en boca y tiene un final que no sólo te invita a beber más sino que sabes que es perfecto para una gastronomía de alto nivel porque no te cansa la boca con azúcares falsos. Brut Nature como debe ser.
A 16 eruos en Lukas (Donostia) es un chollo que debería desaparecer de las estanterías. Aunque quizás no lo repito mucho porque quiero más.
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