El Reino Unido ha sido uno de los mayores consumidores de vino/alcohol en Europa y estos días se ha dado una curiosa paradoja que nos permite hacer unas reflexiones:

El gobierno está feliz porque, por fin, sus campañas contra el consumo de alcohol parece que empiezan a tener efecto. El consumo ha descendido de 8,9 litros por cabeza a 3,81 litros por cabeza. De hecho, es el mayor descenso del consumo desde 1948, es decir, el consumo de alcohol ha ido en aumento durante 60 años. Lógicamente la misma cifra ha preocupado, y mucho, a los empresarios del ramo inglés.

Los que también deberían estar contentos son las asociaciones de médicos ya que, supuestamente, deberían descender las enfermedades relacionadas con el alcohol. De hecho eso es lo que nos venden, la prohibición es buena por el dinero que cuesta a la sanidad toooodas las enfermedades relacionadas con el consumo de alcohol. De hecho, el cálculo es que ese descenso de consumo daría como resultado 20.000 (veinte mil) ingresos menos en los hospitales.

Bueno pues aquí es donde se produce la paradoja, resulta que los hospitales declaran un mayor número de ingresos por casos relacionados con el alcohol.

Así que no parece que las campañas indiscriminadas hacia toda la población sean realmente las más efectivas. Lo único que hacen es concienciar a quienes ya están concienciados y lo único que hacen esos consumidores es consumir menos de lo que consumían. Las campañas, como lo deben ser todas, deben ir dirigidas al público objetivo concreto. Las campañas deben dirigirse a la minoría que hace un uso abusivo del alcohol y a quienes beben cualquier cosa, a cualquier hora y en cualquier lugar. De esa manera se podría conseguir, no que descendiera el consumo general sino que los afectados realmente consumieran menos.

Blog escrito escuchando: Supertramp – Even in the Quietest Moments