No sabíamos cómo iba a terminar la noche. Llevábamos las mejores cartas para ganar, los mejores pronósticos para el caballo ganador. Pero nunca sabes cuándo te va a tocar el jackpot. Simplemente se ponen de acuerdo las estrellas y cuando toca, te ha tocado. Y tu estás en medio de todo aquello. Hay quien se levanta una mañana con un flemón y no puede embarcar en el crucero y el crucero se hunde. Hay quien se levanta y ni se espera lo que le va a tocar vivir.
Todo se pone de acuerdo y esa noche te toca esto:
Hicimos un pacto de sangre: que se quede manco el que lo cuente. Pero no me he podido resistir y aquí está, esta es la mejor descripción que se puede hacer del vino: