Hace un tiempo se pusieron de moda las frases motivacionales que comenzaron a circular por todas partes: redes sociales, mensajes de whatsapp, incluso se empleaban en publicidad, configurando un nuevo diseño de carteles y anuncios. Era muy raro el día que uno no recibía o veía una de estas frases, que en un principio estaban escritas para alentarnos y animarnos a todos a tener una vida más plena y a disfrutar de ella. La mayoría de ellas partían de la idea de vivir el “aquí y el ahora”, es decir de saber apreciar el presente y disfrutar de él, algo que muchas veces nos negamos a hacer dejándonos llevar por la añoranza del pasado o por la ilusión de lo que puede ser el futuro. Estas frases han perdurado durante los últimos años, hasta llegar al presente, que aún nos persiguen.
Tengo que reconocer que yo también utilizo ciertas frases en mis resúmenes-informes que creo que sintetizan muy bien ciertas ideas, y que en un momento dado nos ayudan a poner énfasis a un contexto determinado, pero también reconozco, que en muchas ocasiones me ha chirriado leer o encontrarme con algunas que me parecen con contenido vacío depende dónde y cuándo se digan o se muestren. Ahora ha salido un estudio que indica que recibir un exceso de estos mensajes puede llegar a frustrarnos, ya que considerar que en todo momento debemos estar de buen humor y esforzándonos por hacer todo lo posible por conseguir nuestras metas, puede crearnos ansiedad y sentirnos mal.
En un momento dado, una frase de aliento a todos nos puede ayudar y animar a continuar, pero ese mensaje pierde valor y se convierte en una frase vacía si se recoge en el contexto equivocado, incluso puede perjudicarnos según y cuándo y cómo lo recibamos. Hay situaciones en las que uno no se encuentra con fuerzas para hacer nada o para que le digan nada, y si en esos momentos nos hacen sentir mal por no continuar intentándolo, puede llevarnos a una mayor frustración por no ser capaces de hacerlo, por lo que sentirnos “acosados” por este tipo de mensajes puede resultarnos perjudicial. Las palabras son importantes, y los mensajes que se transmiten con ellas también, por este motivo es importante no banalizar con los mismos, para que no pierdan su fuerza y poder que nos ayudan cuando lo necesitemos.