Tenemos la creencia y la mentalidad que debemos cumplir con todas las obligaciones que nos vamos marcando, y que, en caso de no hacerlo, nos sentimos mal por ello, con sentimiento de culpa y frustrados por no poder llegar a cumplir con nuestros deberes. Pero no nos damos cuenta que muchas veces no llegamos no porque nos hayamos dejado llevar por la pereza o no seamos capaces de ello, sino simplemente porque no podemos realizar todo lo que nos hemos propuesto, y esto puede deberse a diferentes causas.
Por una parte, hay personas que están dispuestas a comprometerse con cualquier causa que se acerque a sus vidas y a asistir a cualquiera que pueda necesitar su ayuda, sin ser conscientes que el tiempo y la energía son limitados, y que no siempre podemos hacer todo lo que nos gustaría.
También puede ocurrir que no sepamos medir bien los tiempos que nos requiere cada una de las tareas y no consigamos llegar a cumplir con todas. No ser conscientes del tiempo que nos puede llevar cada una de las actividades que queremos hacer puede llevarnos a hacer una mala previsión del tiempo que necesitamos, a parte de todos los imprevistos que puedan surgir. El tiempo que disponemos es limitado, y aunque hacer una buena gestión del mismo nos puede permitir sacarle más provecho, esto no quiere decir que nos de tiempo a hacer todo lo que queramos, por este motivo, es importante priorizar aquellas que más nos interesan por la causa que sea.
Por otro lado, nuestra energía es también limitada, y aunque ayudar a otros nos puede proporcionar emociones positivas y aportar fuerza extra, también nos desgasta, y debemos saber reservar la energía suficiente para no desfallecer y poder continuar con nuestra vida. Teniendo en cuenta estos aspectos, y teniendo muy presente que no somos súper mujeres o súper hombres, debemos pensar en nosotros mismos y en cuidarnos, sabiendo valorar la energía que disponemos y el tiempo con el que contamos, y de esta forma, poder establecer las acciones que queremos realizar. Habrá ocasiones en las que podamos ayudar a quienes lo necesiten, o realizar todas aquellas tareas que deseemos, pero habrá otros momentos en los que no lo podamos hacer, y que sea mejor parar y descansar, antes de llegar a límites inapropiados para nuestra salud, tanto, mental como física. Traspasar estos límites no sirve de nada y tan sólo puede ocasionarnos sentimientos negativos y sensación de frustración, más vale hacer menos y sentirnos bien.