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Dime cual es tu ADN y te diré cuán feliz eres

@jonmizabala

Las personas nos pasamos la vida tratando de averiguar las claves de la felicidad. Muchos economistas tratan de medir el bienestar, y crecientemente ciudades y países compiten cada vez más en rankings que determinan qué ciudadanos son los más felices. Incluso en este blog se le ha prestado atención a esta misma temática (ejemplo). Recientemente, dos investigadores de la Universidad de Warwick (Reino Unido) y del Instituto para el Estudio del Trabajo de Bonn (Alemania) han abordado esta pregunta de investigación desde un prisma diferente (puedes encontrar el artículo completo aquí). ¿Y si estuviéramos genéticamente predispuestos para ser más o menos felices? ¿Explican las diferencias genéticas entre países – lo que los autores denominan “distancia genética” –la sensación de bienestar y la felicidad?

La idea de que la felicidad y la genética están vinculadas no es nueva. Los psicólogos han descubierto ya hace algún tiempo que los seres humanos tienen un nivel básico de felicidad, al cual se le denomina “estabilidad hedónica”. Así, por ejemplo aquellas personas que ganan la lotería pueden ser muy felices inicialmente, pero cierto tiempo después ya se han adaptado a su nuevo contexto (económico), y vuelven a estar tan felices o deprimidos como lo estaban antes de su buena fortuna. Lo mismo ocurre con las malas circunstancias como por ejemplo al quedarse en paro, sufrir una parálisis o una enfermedad grave.

En primer lugar, los investigadores analizaron datos de 131 países, provenientes de bases de datos como ‘Gallup World Poll’, ‘World Value Survey’ o el ‘European Quality of Life Survey’. Además, los investigadores pudieron vincular los datos de bienestar con los de su estructura genética. Para calcular la distancia genética de cada país, hacía falta definir el “benchmark” o punto respecto al cual compararse, para lo cual los autores tomaron como referencia a la estructura genética dominante en Dinamarca. La razón de dicha elección vino determinada por el hecho de que Dinamarca y los Países Bajos tienen los menores porcentajes de personas con la variante corta del gen 5-HTTLPR. La ciencia ha demostrado que este gen, que controla la recaptación del cuerpo de la serotonina (un neurotransmisor relacionado con el estado de ánimo), puede influir en nuestro bienestar psicológico. La variante corta de dicho gen (comúnmente conocido como el gen de la depresión) se ha relacionado a una menor satisfacción con la vida, más neuroticismo y una mayor probabilidad de depresión clínica. Después de controlar los efectos de variables como el PIB, las políticas de bienestar social, el nivel de desarrollo humano, el tipo de instituciones, la geografía, la cultura y la religión, los investigadores se encontraron con que cuanto mayor fuera la distancia genética de un país respecto a la de Dinamarca, menor era su bienestar (es decir, mayor era su carga psicológica).

Figura 1.- Relación entre carga psicológica y distancia genética respecto a Dinamarca

Fuente: Proto y Oswald (2014).

Dinamarca ha encabezado constantemente los ránquines nacionales sobre felicidad, incluido el informe sobre felicidad mundial de las Naciones Unidas de 2013. Este informe mide muchos factores que pueden influir sobre el grado de felicidad tales como el PIB per cápita, la posibilidad de contar con apoyo en situaciones de dependencia, la percepción de libertad para tomar decisiones en la vida, etc. En la figura anterior se puede observar como entre los países con un mayor nivel de bienestar se encuentran los Países Bajos y Suecia, representados en el margen inferior izquierdo de la gráfica. Estas naciones, tal y como era de esperar dada su proximidad geográfica, tienen la similitud genética más cercana a Dinamarca. En el extremo opuesto (margen superior derecho) se encontrarían países como Ghana y Madagascar, que serían los que tienen una menor similitud genética con respecto a Dinamarca.

Al discutir sus hallazgos, los autores subrayan que los factores genéticos son sólo una parte del rompecabezas que supone la felicidad. Junto con factores ambientales, el genoma humano contiene una gran variedad de diferentes genes que podrían estar contribuyendo a la personalidad y estado de ánimo, por lo que aunque no es probable que haya un único gen de la felicidad como tal, la estructura genética sí parece tener una influencia significativa sobre nuestra felicidad.

Mientras tanto, y como diría Hamlet, podemos preguntarnos, “¿Qué es más elevado para el espíritu? ¿Sufrir los golpes y los dardos de la insultante fortuna o tomar armas contra un mar de calamidades, y haciéndoles frente para acabar con ellos?”. “Bueno será apuntar que puede uno sonreír y sonreír… al menos estoy seguro de que ello puede suceder en Dinamarca”.

Puedes seguirme en Twitter: @jonmizabala

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Hausnarketa eta eztabaida gure errealitate ekonomikoaz /Reflexión y debate sobre nuestra realidad económica

Sobre el autor

"Donostiako Deustu Business Schoolen eta Lehiakortasunerako Euskal Institutoan, Orkestra-n, dihardugun lau unibertsitate irakasle eta ikertzaile gara. Blog hau sortzera bultzatu gaituena zera da: modu ulerterraz, zorrotz, kritiko eta burujabean egindako hainbat gai ekonomikori buruz gogoetak plazaratzea, gai horiek gure bizitzan eta gu parte garen gizartearenean eragin handia dutelakoan". --------------------- "Este blog pretende reflexionar sobre diferentes cuestiones económicas que nos afectan como personas y como sociedad, de una manera divulgativa, rigurosa, crítica e independiente. Somos cuatro profesores que desarrollamos nuestra actividad académica en la Deusto Business School en su campus de San Sebastián y en el Instituto Vasco de Competitividad, Orkestra. Blog sobre economía de Asier Minondo, Iñaki Erauskin, Bart Kamp y Jon Mikel Zabala".


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