Alberto Moyano

¿Le cuesta rodar escenas de desnudos? ¿Cree en la fidelidad? ¿Le da su marido todo lo que necesita? ¿Lleva su Santa Teresa el orgasmo incorporado? Por ahí transcurrió la entrevista que Jesús Quintero -convencido quizás como Baudelaire de que la idiotez es el mejor cosmético- realizó anoche a la actriz Paz Vega. A la última pregunta Vega se negó a responder porque esa incógnita constituye algo así como el quid de la película, cosa que dice muy poco en favor del filme que ha rodado a las órdenes de Ray Loriga. Sobre cualquier polémica que pueda surgir en torno a la peli, Paz Vega echó balones fuera al recordar que los actores “somos muñecos en manos del director”.

A continuación llegó Enrique de Castro, párroco de El Pozo del Tío Raimundo y presentado por Quintero como el último cura rojo. De Castro se despachó con un discurso a favor del Cristo de los pobres, renegó de la jerarquía católica y aseguró que si algo le resulta imposible es imaginarse al Hijo del Carpintero en el Vaticano. “Dios es ateo”, aseguró el sacerdote y Quintero le despidió con un genérico “necesitamos gente como usted”, aunque no dijo para qué.

Amén.