Alberto Moyano
Aquí va una atrevida propuesta para que, aquéllos que creen haberlo
visto ya todo en esta Semana Grande, rematen con originalidad el último
fin de semana festivo.
1) Capoeira: comience el día amortizando todas las copas de la noche
anterior mediante el sencillo método de convertir su cuerpo en una
coctelera en la que los líquidos macerados durante horas vuelven a
mezclarse, proporcionándole ese agradable puntillo, imprescindible para
afrontar la jornada.
2) Vermouth y pintxo en el bar más próximo.
3) Batucada: si el dolor de cabeza persiste, apóstese junto a uno de
los animados grupos de bailarines y tamborreros con rastas que pululan
por el Boulevard y que en breve plazo sustituirán su molesta jaqueca
por una contundente migraña.
4) Martini y pintxo en el bar más próximo.
5) Bus turístico: contrate un viaje por la ciudad en este vehículo cuyo
segundo piso le permitirá relajarse mientras reflexiona sobre el
imparable avance de la alopecia entre la población donostiarra.
6) Clarete y pintxo en el bar más próximo.
7) Clases de francés: adquiera unas ligeras nociones del idioma de
Moliére de la mano de nuestros más afamados hosteleros cuyo sencillo
sistema de iniciación a base de sencillas frases como «¿cuántos pinchos
dice que ha cogido?» («Combien de pinchos ditez-vous que vous avez
prenez?») le permitirá realizar extraordinarios avances.
8) Tinto y pintxo en el bar más próximo
9) Arte: visite las obras de Mitoraj instaladas en el Paseo de la
Zurriola. Reprima sus instintos más primarios, que le empujarán a
entrar en las gloriosas esculturas para, a continuación, miccionar
agresivamente, aprovechando el momento de intimidad.
10) Caña y pintxo en el bar más próximo.
11) Corrida: acuda a lIlumbe y permanezca atento a cualquier incidencia
que pueda proporcionarle la excusa oportuna que le permita lanzarse a
gritar, insultar y gesticular contra el presidente de la plaza.
12) Fino y pinxo en el bar de la plaza.
13) Atracciones: lleve a sus hijos a las ferias y contemple cómo, a
cambio de un módico precio, zarandean, bapulean y arrojan al vacío sus
cuerpos. Nada que, por otra parte, no hagan en el colegio con sus
mentes.
14) Gintonic y pintxo en el bar más próximo.
15) Retorne a casa a bordo de un taxi cuyo titular le ilustrará,
gratuitamente, sobre las incontables medidas cuya adopción harían de
esta ciudad un lugar más habitable y transitable.