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Lorenzo Mejino

Series para gourmets

Heimat: la serie favorita de Stanley Kubrick

Heimat es la serie alemana más famosa de toda la historia y la favorita de muchos directores de prestigio como Stanley Kubrick o el mismo David Simon, el creador de ‘The Wire’.

El impacto que tuvo en Alemania perdura en nuestros días y ha podido ser visionada en muchos lugares del globo por su gran calidad, entre ellos nuestro país, donde fue estrenada hace casi treinta años por las nacientes televisiones autonómicas ETB y TV3, que buscaban posicionarse con televisión de prestigio.

Fuera de Alemania, la serie ha ido cayendo en el olvido de forma injusta por las nuevas generaciones que no han podido acceder a la misma y en muchos casos desconocían su existencia hasta que algún personaje famoso e idolatrado la menciona como su serie favorita, lo que suscita la lógica curiosidad de los seriéfilos mas jóvenes por conocer esa joya oculta.

Por ello, y como en mi caso he tenido una historia personal bastante particular con esta serie, he creído conveniente hacer este post para reinvidicar una serie que es considerada como una de las mejores de la historia, a pesar de la creencia de muchos de que la televisión de calidad empezó con la HBO, craso error que no me cansaré de desmentir en este blog.

Ficha: Heimat. Trilogía, 30 episodios. 1984-2004 ARD (D) –ETB, TV3 (E).

Sinopsis: La historia de Alemania desde el año 1919 hasta el 2000 descrita a través de las historias de los miembros de dos familias, los Simon y los Wiegand, que habitan en el imaginario pueblo de Schabbach en la región de Hünsrück en el Palatinado, cerca del río Rin y la frontera francesa.

El inicio: Heimat, un termino alemán de difícil traducción que vendría a ser entre patria y terruño, nace de la intención de Edgar Reitz, un realizador pero sobre todo un teórico del cine alemán, de plasmar sus recuerdos de infancia y las historias de sus familiares en su región de nacimiento: el Hühnsrück.

Lo que empezó siendo un pequeño proyecto de un documental sobre los pueblos de su región natal, acabó como una trilogía de dimensiones descomunales a la que ha dedicado los últimos veinticinco años de su vida.

Aunque el proyecto tuvo el entusiasta apoyo de la cadena publica alemana, ARD, Reitz planteó su proyecto a medio camino entre el cine y la televisión y en varios países la serie se estrenó en cines en lugar de en la televisión, porque tanto el formato como la duración lo permitían.

Las críticas en Alemania fueron unánimemente fervorosas, aclamando la serie como algo especial y nunca visto en televisión hasta ese momento, con el país completamente paralizado el año 1984 durante la emisión de sus once episodios en la cadena pública ARD, que crearon un estado de concienciación colectiva del que les hablaré más adelante.

La emisión fuera de Alemania empezó a aumentar su reputación de forma exponencial, cautivando en especial al público inglés con ese retrato de la vida rural alemana, paralelo a los acontecimientos que marcaron el convulso siglo XX en Alemania.

En el vídeo pueden ver la corta pero contundente introducción de la serie que es traducida como Heimat, una crónica en once partes:

La trama: La serie está estructurada como tres miniseries independientes con algunos pequeños lazos de continuidad de 11, 13 y 6 capítulos respectivamente, emitidas en 1984, 1992 y 2004.

HEIMAT I

La primera parte de la trilogía se inicia con la llegada en 1919, finalizada la I Guerra Mundial, del soldado Paul Simon a su pueblo natal Schabbach, después de caminar siete días desde el lugar donde finalizó la guerra.

La primera escena de veinte minutos muestra su llegada al pueblo y cómo es recibido por sus lugareños, entre la sorpresa y su posterior indiferencia, para explicar sus batallitas al recién llegado. En el siguiente vídeo tienen un pequeño extracto de tres minutos:

El esquema de la serie sería algo parecido a dejar unas cámaras fijas en el pueblo, y volver cada cierto tiempo para ver lo que ha pasado.

La serie funciona a partir de saltos temporales de años. Así, después de la primera escena en 1919, pasamos directamente a 1923 y así sucesivamente a lo largo de la serie. Por esta razón, las historias son de dos tipos: las que nacen y mueren en ese concreto periodo temporal, que suelen ser las costumbristas y sobre todo relacionadas con las nuevas tecnologías: la llegada al pueblo de la primera moto, el primer coche, la primera emisión de radio, la primera avioneta, la autopista…

En cambio, las historias personales tienen una ligazón en el tiempo mucho más evidentes, siempre con la figura central de Maria Simon, que es la mujer que nos guiará por toda la serie hasta su muerte en 1984, donde finaliza la primera parte, con una magnifica caracterización de Marita Breuer de la que pueden ver en la foto los cambios que tiene en los 65 años que abarca la serie.

Reitz tenía la intención de mostrar una visión coral de la sociedad alemana y sus cambios en el siglo XX centrada en el microcosmos que es Schabbach, con una gran fuerza narrativa y con unos personajes fuertes e interesantes a la vez, que si nos dejamos nos llevarán de la mano sin apenas esfuerzo por toda la historia.

Todos los aspectos de la vida humana están ahí: vida, muerte, tragedia, comedia y los momentos insulsos de la vida se suceden de forma fluida y continua, aderezados por el marco alemán cambiante (hiperinflación, subida de Hitler, persecución de judíos, SS, segunda guerra mundial, postguerra…), creando un fresco excepcional de la Alemania del siglo XX.

En el siguiente vídeo pueden observar el tráiler de la primera parte de la trilogía, que aunque está en alemán la fuerza de las imágenes les permitirá comprobar lo que les he mencionado:


Desde el punto de vista estético, lo primero que nos llama la atención es la mezcla indiscriminada del blanco y negro y del color en casi toda la serie. Reitz declaró que utilizaba el color para enfatizar ciertas escenas pero que no había ningún esquema fijo. Así, vemos que pasamos de un sistema a otro de forma continua, lo que puede sorprender, pero acaba siendo parte del encanto de Heimat.

Al abarcar un periodo de tiempo tan largo la serie muestra, pero sin profundizar en demasía, todos los hechos acaecidos. Así, por ejemplo, el primer episodio de dos horas abarca casi 10 años, de 1919 a 1928.

Por ello, algunas de las críticas vienen precisamente por no entrar muy a fondo y pasar de puntillas en los temas más oscuros y escabrosos de la historia alemana, pero al elegir la perspectiva de la visión del pueblo Reitz hábilmente logra que en ese entorno rural los sucesos sean más puntuales y menos viscerales que en las ciudades.

HEIMAT II (Crónica de una juventud)

La segunda parte de la trilogía se podría considerar una secuela, ya que se basa en la historia del hijo menor de Maria, Hermann, que deja el pueblo y emigra a Munich para buscarse la vida como músico en los años sesenta.

Reitz cambia el estilo narrativo al pasar del pueblo a la ciudad, y en su tratamiento cinematográfico suele dejar el color para las escenas nocturnas, dejando el blanco y negro para las diurnas. Cada episodio está narrado desde la perspectiva de uno de los amigos de Hermann, además de contar con la participación de Salome Kammer (foto inferior), la propia mujer de Reitz, en uno de los papeles principales.

En esta segunda parte, Reitz retrata la juventud nacida en la postguerra y sus aspiraciones en la vida, pero en mi opinión a un nivel inferior a la magistral primera parte, en especial para el público no alemán. Las historias son más convencionales y los saltos temporales, más cortos y reducidos, por lo que los efectos de culebrón se hacen más patentes, aunque sigue manteniendo un gran nivel.

HEIMAT III (Crónica de unos tiempos cambiantes)
La ultima parte de la trilogía es una continuación de los hechos y personajes de la segunda parte, con la vuelta de Hermann a su pueblo natal Schabbach, en 1989, coincidiendo con la caída del Muro de Berlín y los acontecimientos de la reunificación alemana hasta el siglo XX.

La tercera parte es la más floja, ya que se ha ido perdiendo la frescura inicial y los acontecimientos son más recientes y más livianos, como por ejemplo un episodio hilvanado por el Campeonato Mundial de Fútbol ganado por Alemania en 1990.
Además, por problemas presupuestarios, la serie fue acortada a seis episodios de 90 minutos, y bastante cortados por la cadena televisiva ARD.

En el siguiente vídeo tienen un tráiler de la trilogía:

OTROS PRODUCTOS
Además de la trilogía, en 2006 se estrenó una película llamada ‘Heimat Fragmentos- Las Mujeres’, centrada en las andanzas de las mujeres de la familia Simon desde los años 1960 hasta el 2000, basada en la hija de Herman, Lulu, que llegó a ser estrenada en el festival de Venecia.

Por último, Reitz, a sus 80 años, está ultimando una precuela a su serie basada en la vida de la familia Simon en los años 1850 y 1860 que se llamara ‘La Otra Heimat’, cuando decidieron quedarse en el pueblo en lugar de emigrar a Brasil, que será estrenada en octubre de este año con el siguiente tráiler:

Influencias: En esta ocasión no les voy a comentar nada más de los actores, debido a que la mayoría eran y siguen siendo desconocidos en nuestro país, a pesar del excelente trabajo que realizan en la serie (muchos de ellos eran amateurs). En cambio, voy a comentarles su influencia en la sociedad alemana, empezando por mi propia experiencia personal.

Por cuestiones laborales, fui a Alemania en 1984 a una ciudad relativamente pequeña (Giessen) en el centro del país. La serie llevaba emitidos dos episodios y mis compañeros de trabajo, lo primero que me comentaron al llegar, era si había visto la serie. Yo, lógicamente, ni sabía que existía y uno de ellos me invitó a su casa para ver con su familia el episodio tercero.

La sorpresa fue total cuando comprobé que veían el episodio con su familia cercana (hermanos, primos…), como mucha otra gente, y con una devoción increíble. La miraban en silencio sepulcral, con la emoción a flor de piel e incluso llorando en algunas escenas.

Aunque tenía un nivel de alemán bastante bueno, me sorprendí al ver que a algunos personajes mayores no les entendía absolutamente nada de lo que decían, hasta que uno me explicó que estos no hablaban alemán sino un dialecto local (el hühnsrücker), lo que me tranquilizó un poco.

Durante el resto de las semanas tuve la oportunidad de ver el resto de los episodios con la misma familia y les puedo asegurar que aprendí más de Alemania en esos momentos compartidos viendo la serie con ellos que el resto de mi estancia en el país, provocando además que muchas familias se hicieran su árbol genealógico, como el de la serie que pueden ver en la siguiente foto.

Heimat representó para los alemanes una especie de catarsis colectiva para sacudirse el sentimiento de culpabilidad que arrastraban por las tropelías del nazismo y la Segunda Guerra Mundial, casi cuarenta años después. La serie mostraba una Alemania más bucólica e idílica, lejos de la crispación de las grandes ciudades, con pueblos que muchos recordaban de jóvenes o por sus padres y que habían arrinconado en su memoria por las barbaries sucedidas.

Los alemanes se sacudieron los complejos de encima y el sentimiento de orgullo y satisfacción colectiva que creó la primera tanda en 1984 tuvo bastante que ver en la concienciación de la gente para los sucesos que finalizaron con la caída del Muro, por lo que representó dejar de mirar hacia atrás al pasado y proyectarse hacia el futuro.

Según me comentaban mis amigos, no era tanto olvidar el pasado sino conocer por fin una realidad más agradable que sucedía paralelamente en la parte rural y más escondida de Alemania y que básicamente les confirmaba que no todos eran iguales en esa época.

Por ello, de regreso aquí, cuando a finales del año 1985 la emitieron por TV3 y ETB pude volver a recrearme con ella, entendiendo las cosas que se me habían pasado por alto, sobre todo las del dialecto, y constatar el enorme éxito que tuvo también en Catalunya.

Este contexto que acabo de explicarles es importante para que puedan entender el impacto social que representó Heimat en Alemania, que es un fenómeno general que aúna como pocas veces he visto la calidad y la popularidad televisiva. Su mito se ha mantenido intacto en el tiempo y en especial la primera parte de la trilogía es una verdadera obra de culto, como atestiguan los múltiples reconocimientos que ha tenido y seguirá teniendo.

En Gran Bretaña. este año se ha estrenado la serie The Village, que viene a ser un remake britanico de Heimat, con la misma base dramatica del paso del tiempo en una aldea, pero traspasado a las historias inglesas.

Si les interesa este capítulo de la historia y la televisión de calidad, ya pueden ponerlo en la lista de regalos a pedir a  sus seres queridos . Yo no acierto siempre, pero Stanley Kubrick y David Simon no suelen fallar en sus recomendaciones

Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestras cuentas de Twitter (@jefoce) y (@lmejino). Hasta la próxima.

Mikel Madinabeitia/ Lorenzo Mejino

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Sobre el autor

Series para gourmets nace con la pretensión de ayudar a personalizar su menú televisivo con el panorama mundial de series. Cada lunes hablaremos de series remotas ni estadounidenses ni británicas, no estrenadas en nuestro país. Cada miércoles de series actuales estrenadas aquí y los viernes recordamos series del pasado de la televisión

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