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Carlos Rilova

El correo de la historia

¿Nueva Historia para el rey “hechizado”? Carlos II de Habsburgo y las redes sociales (1700-2021)

Por Carlos Rilova Jericó

Hace ahora una semana las redes sociales -más concretamente Twitter- dieron pábulo al aniversario de la muerte del rey Carlos II de España, el llamado rey hechizado.

Algo bastante normal esto de recordar efemérides como esa, aunque lo que ya no es tan habitual -y me llamó la atención- fue que en esos “tuits” se reproducían declaraciones en torno a ese rey y su reinado tampoco nada habituales.

Por ejemplo la de que era una figura malinterpretada, poco estudiada… No puedo decir nada más ni nada menos que estoy de acuerdo. Es más: estoy totalmente de acuerdo… Y lo estoy desde el año 1998 en el que, merced a una beca del Ayuntamiento de la hoy ciudad de Hondarribia, pude adentrarme en su época sondeando archivos, locales y de estado, tanto franceses como españoles. Para descubrir así que, en efecto, todo aquello del rey hechizado era más bien propaganda. Y humo.

Y algo tal vez peor. Desidia sobre todo. Y desidia española, trabajo dejado de hacer durante años, décadas… Siglos de hecho. O peor: propaganda negra fabricada fuera de España y también en España, lo cual es más llamativo aún.

Así parece, pues la mayor parte de la mala prensa de ese rey proviene, fundamentalmente, del período en el que la nueva sociedad emergida en Europa occidental tras la revolución liberal, redacta sus grandes historias nacionales. Es decir, a mediados del siglo XIX.

Es en ese momento en el que España pierde un nuevo barco histórico, lo cual la ha llevado a una muy deficitaria redacción e interpretación de su propia Historia que, de ese no hay duda, arrastra, desde hace ya 150 años, como un espectro.

Básicamente lo que ocurrió es que los historiadores españoles de mediados del siglo XIX podían estar perfectamente divididos, como el país, como el resto de Europa…, por cuestiones políticas. Sin embargo, tanto conservadores como Antonio Cánovas del Castillo como liberales como Miguel Agustín Príncipe, eran unánimes en algo: la Historia de España era un auténtico paño de lágrimas, un desastre que debía explicar todo lo que veían en su propia época y no les gustaba, que era bastante.

A ese respecto Carlos II y su reinado eran la víctima perfecta, pues había dejado una posteridad curiosa que, en manos inexpertas, podía ser un auténtico filón… de basura.

Era un rey que sufrió exorcismos, fruto de una endogamia constante y víctima de toda una serie de taras físicas y mentales que habían sido muy comentadas en la época.

No hizo falta más análisis historiográfico. La sentencia estaba servida. El rey estaba tarado por tanto el país estaba tarado y eso explicaba que la España de, digamos, 1850 no fuera ya el imperio donde no se ponía el sol…

Grosso modo eso fue sencillamente lo que pasó, de generación en generación. Lo había dicho Cánovas del Castillo, alguien importante al parecer, a juzgar por sus retratos al óleo, fotografías, etc…, no habría pues nada que cuestionarse al respecto. Por lo tanto el siglo XX producirá obras como el “Carolus rex” de un gran escritor español, Ramón J. Sender, y la Transición de 1978 traerá la película “Jalea Real” cargada de ese espíritu irreverente propio de los años setenta, pero sólo para abundar en los tópicos de esa rancia historiografía decimonónica española.

Así pues, según parece, nadie hizo preguntas ni se planteó estudiar a fondo el tema. ¿O no fue así? Pues parece ser que, en honor a la verdad, hay que decir que no, que no fue así. Mucho antes del 1 de noviembre de 2021, ya hubo algunos historiadores que, al menos, señalaron que poco se podía afirmar sobre un rey, Carlos II, y un reinado, del que se había escrito mucho, demasiado acaso, pero en base a una casi nula investigación que, además, estaba ya un tanto caduca después de la revolución historiográfica de la escuela de los “Annales” que ahora cumple un siglo.

Es lo que sostuvo Pere Molas Ribalta, que coordinó el tomo XXVIII de la Historia de España de Ramón Menéndez Pidal -obra clave de la Historiografía española contemporánea- dedicado precisamente a esa época. Un volumen que data de 1993… Por mi parte no pude estar más de acuerdo con ese punto de vista cuando seis años después, bajo los auspicios de la hoy ciudad de Hondarribia, publicaba yo “‘Marte Cristianísimo’. Guerra y paz en la frontera del Bidasoa (1661-1714)”. Uno de los lugares, esa frontera, donde mejor podía haberse visto aquella decadencia irremediable de la monarquía de Carlos II y que -como ya he dicho- me deparó la sorpresa de descubrir que, documento a documento, no había indicios de que las taras del rey tuviesen efecto alguno en los asuntos políticos y militares del día en un sector fronterizo que debería haber sido pulverizado por los ejércitos franceses… Al menos de ser cierto todo lo dicho sobre Carlos II en libros que pretendían ser de Historia de España…

Bienvenida pues sea esa enésima introspección española sobre la propia Historia que ahora -oh sorpresa- parece haber descubierto, el 1 de noviembre de 2021, que habría que darle una vuelta al reinado de Carlos II.

Eso sí: al parecer desde el Adanismo más absoluto, que pasaría por alto las advertencias de Pere Molas en 1993. No digamos ya las de una limitadísima edición de un estudio sobre esa frontera como el que yo firmaba en 1999 o el que acabo de publicar en el Boletín de Estudios Históricos sobre San Sebastián este mismo año 2021. Una línea fronteriza aquella que Luis XIV, el Rey Sol, el Marte Cristianísimo… jamás pudo traspasar en el reinado de su primo Carlos II. Hasta que éste murió y le dejó todo en herencia. Desde España hasta las codiciadas minas de plata americanas que eran las que habían llevado a Francia, hacia 1700, al borde de la debacle al financiar numerosas coaliciones europeas contra Versalles.

Y es que, vistos los “tuits” de este pasado 1 de noviembre, uno se pregunta cómo es que ahora se quiere reivindicar y estudiar seriamente el reinado de Carlos II de Habsburgo cuando parece que, para empezar, nada se sabe de lo que a ese respecto ya se había dicho, por sólo citar dos casos, en 1993 o en 1999. Hace nada menos que casi tres décadas, cuando la red social de Twitter ni siquiera existía…

Desde luego si lo que ahora se pretende es arreglar un desaguisado histórico, producido en 1850 y arrastrado como una pesada carga por España y los españoles hasta el siglo XXI, se debería empezar, para hacer las cosas bien, por responder, honestamente, a esa pregunta, al porqué de ese retraso en reaccionar y al porqué una vez que se ha reaccionado se ha hecho desde el desconocimiento de que el problema ya estaba denunciado y planteado y re-planteado por las investigaciones de algunos historiadores desde hace cerca de 30 años que, leyendo mensajes en una red social el 1 de noviembre de 2021, se diría que han pasado en vano. Al menos por lo que respecta a Carlos II de Habsburgo…

Un paseo por el pasado

Sobre el autor

Carlos Rilova Jericó es licenciado en Filosofía y Letras (rama de Historia) por la Universidad Autónoma de Madrid y doctor en Historia Contemporánea por la Universidad del País Vasco. Desde el año 1996 hasta la actualidad, ha desarrollado una larga carrera como investigador para distintas entidades -diversos Ayuntamientos, Diputación de Gipuzkoa, Gobierno Vasco, Universidad del País Vasco...- en el campo de la Historia. Ha prestado especial interés a la llamada Historia cultural y social, ahondando en la Historia de los sectores más insignificantes de la sociedad vasca a través de temas como Corso y Piratería, Historia de la Brujería, Historia militar... Ha cultivado también la nueva Historia política y realizado biografías de distintos personajes vascos de cierto relieve, como el mariscal Jauregui, el general Gabriel de Mendizabal, el navegante Manuel de Agote o el astrónomo José Joaquín Ferrer. Es miembro de la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza


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