Por Carlos Rilova Jericó
Como ya saben quienes siguen esta página, la Asociación de historiadores guipuzcoanos ha organizado, desde este mes de enero, un ciclo de conferencias, a una por mes -hasta junio- sobre Historia y Geoestrategia.
Todo esto está siendo posible gracias a la financiación del IEEE y a la impagable ayuda de Kutxa Kultur, que acoge este ciclo en sus instalaciones de la cuarta planta de Tabakalera, en San Sebastián.
Así, a las siete de la tarde de este próximo jueves 22 de febrero, pondremos a disposición del público donostiarra una conferencia que tratará de explicarnos el revuelto panorama geoestratégico internacional. Ese en el que vivimos ahora mismo, dentro de esa Historia que es todavía presente, pero que, en cuestión de meses, de pocos años, será ya Historia del Tiempo presente. Aunque para nosotros sólo sea un recuerdo.
El encargado de impartir dicha conferencia, será Federico Aznar Fernández-Montesinos. Un especialista del IEEE que lleva largos años trabajando en el campo del análisis geoestratégico e impartiendo docencia superior sobre esas materias que, por más que nos puedan parecer opacas, lejanas, están mas presentes en nuestras vidas, en nuestra Historia (colectiva y personal), de lo que podamos -o, tal vez, nos atrevamos- a creer.
El tema en torno al cual girará su intervención, será la nueva configuración de ese mundo que nos rodea y nos asalta con imágenes -muchas veces perturbadoras- desde las páginas de los periódicos o desde las pantallas de ordenadores y televisores.
Es decir, un mundo en el cual los bloques de la Guerra Fría y el enfrentamiento de dos únicas superpotencias antagónicas, son cosa del pasado y en el que nuevos escenarios -como la llamada “Primavera árabe”- han alentado fenómenos terroristas traídos hasta el corazón de la vieja Europa. Convirtiendo poblaciones hasta entonces apacibles y seguras (Londres, Cannes, Madrid, París…) en verdaderos infiernos similares a los que se han hecho habituales en, por ejemplo, Oriente Próximo desde hace unos cincuenta años.
Esas horas de este jueves, se tratará, pues, de esas cuestiones. Y también, claro está, de cómo nuestro territorio más próximo se emplaza en ese esquema de cosas.
Principalmente porque esta visita de un especialista de alto nivel en cuestiones de ese calado, nos conduce a una pregunta importante: ¿qué puede esperar un territorio como el vasco, o, más concretamente, el guipuzcoano, de una situación así?
Históricamente las provincias vascas, como Guipúzcoa, han sido por su carácter de frontera terrestre y marítima entre tres grandes potencias europeas (España, Francia y Gran Bretaña), un enclave inmerso en las grandes corrientes de la Historia mundial. Desde la conquista y colonización de África, Asia y América por los europeos, hasta las guerras napoleónicas.
Eso ha hecho de estos territorios, enclaves históricos fundamentales para los grandes envites geoestratégicos de esas potencias. Un panorama que sólo se modera (pero no desaparece completamente) a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando España se convierte, decididamente, en una potencia clave -pero de segundo orden- en el contexto internacional, constituyéndose (dada la anomalía de su régimen político, desde esa fecha, en una Europa occidental democrática) en una problemática ecuación geopolítica y geoestratégica que resulta difícil de resolver.
Más aún desde el año 1968 en adelante, cuando, por un período de cuatro décadas, surge en el seno de la sociedad española (y, sobre todo, vasca) una organización (Euskadi ta Askatasuna, ETA) que interpreta la Historia de ese reducto territorial como la de una lucha anti-imperialista, reduciendo un supuesto “conflicto vasco” a una guerra de liberación nacional cortada (erróneamente desde todos los puntos de vista) por el patrón de las teorías anticolonialistas de Frantz Fanon.
Una experiencia histórica la de esa guerra -supuestamente anticolonial- por medio del Terror (fruto directo del final de la Segunda Guerra Mundial y de la ubicación política y estratégica de España tras ese conflicto) que, ahora, en un nuevo escenario geoestratégico mundial, adquiere otro cariz. Uno en el que las mismas teorías utilizadas por el terrorismo etarra para justificar su guerra “anticolonial” -de baja intensidad- por medio del Terror y contra España, se volverían ahora -en bloque y de manera ya enteramente indiscriminada- contra ese mismo “Pueblo Vasco” idealizado por las teorías de ETA. Algo en absoluto descartable, ya que esa construcción o agente político (ese “Pueblo Vasco”), desde el punto de vista del mal llamado DAESH (Estado Islámico) sólo es, en realidad e históricamente, una parte más del “Gran Satán” occidental contra el que esa forma de Yihadismo extremo ha decretado una guerra de exterminio alentada por diversas “fatwas”.
Es decir, por mandatos sagrados a los creyentes verdaderos (desde el punto de vista del Estado Islámico) para acabar con los infieles que ofenden, con su sola existencia, al Islam.
Un número, el de esos infieles, en el que -no cabe duda- entran los vascos de hoy día que, como bien sabemos, constituyen uno de los modelos de sociedad occidental más desarrollados que existen. Configurando así, precisamente, uno de los principales objetivos a batir por esa ideología del Salvajismo yihadista que, por suerte, de momento, sólo hemos visto -en el antes castigado territorio vasco- a una prudencial distancia. Una favorable circunstancia que, sin embargo, desde el ámbito del conocimiento (que siempre es Poder) nos invita a prudentes y bien documentadas reflexiones que nos revelen en qué punto exacto de ese decurso histórico, que llega hasta el tiempo presente, nos encontramos hoy.
Esa clase de importantes noticias son las que se podrán obtener este jueves 22 en la cuarta planta de Tabakalera, gracias a los buenos oficios, entre otros, de analistas geoestratégicos de alto nivel como Federico Aznar Fernández-Montesinos…