De la frase “Secuenciado el ADN mitocondrial de homínidos de hace 400.000 años” no entiendo prácticamente nada, pero tras un paseo por Google sólo el concepto de 400.000 años continúa en el terreno de lo inaprehensible. Encuentro increíble que un lapso de tiempo tan breve separe la Sima de los Huesos de la invención del euríbor y la consiguiente macroestafa de millones de neoneardertales con hipoteca. En cualquier caso, reconforta saber que si aplicáramos con rigor eso de “en verano me iré al pueblo de mis padres” todos nos reecontraríamos cada agosto en Atapuerca.

En el titular “Almunia sanciona con 1.712 millones de euros a seis bancos por manipular el euríbor”, lo indescifrable reposa en la cifra. A partir de cierta cantidad, el dinero requiere de traducción para cobrar significado. Bruselas debe comprender que a partir de ciertas magnitudes es preciso reconvertir el dinero en tiempo para evitar la alienación del contribuyente a manos del guarismo indescifrable. En cuestión de multas, el quid del asunto es la proporción entre la cantidad estafada y la cuantía de la sanción.  Así, decir “1.712 millones de euros” sólo significa algo si a continuación se nos informa de que el monto del total estafado equivale -es un decir- al salario que cuarenta millones de personas hipotecadas perciben a lo largo de tres años.

Me pregunto en qué momento histórico los malencarados en cueros que ilustran las informaciones sobre fósiles decidieron que había que eximir de su castigo al delincuente que se anticipa a sus cómplices en su delación, tal y como ahora se ha hecho con Barclays y el grupo suizo UBS en el caso del euríbor.  Quizás el inmutable código ético que alumbra nuestras conductas irrumpió cuando pasamos de cazadores a recolectores. Quién sabe. Toda investigación paleontológica tiene sus límites, de tal forma que seguiremos ignorantes sobre todo lo que realmente interesa. Frente al goteo de datos en torno a vestimenta, alimentación y cobijo, permanece en la oscuridad cualquier referencia en torno a los gustos y anhelos de estos antepasados remotos. Dicho de otra forma: pagaría por saber a qué dedicaban los neandertales su último pensamiento antes de dormirse.