El Gobierno de Rajoy endurece los supuestos que permiten abortar hasta devolverlos a los tiempos previos al referéndum OTAN y Elena Valenciano decide regresar a Twitter. En esta estrambótica versión del Efecto Mariposa, un vuelo no tripulado sustituye al lepidóptero. Hay que reconocer que “sí nos representan” o al menos, que están poniendo todo de su parte para conseguirlo. Al fin y al cabo, a quién se le ocurre ejecutar piruetas sobre un abismo como el que en este caso separa acción y reacción. Valenciano, que comparte nombre de pila con la tapa de 2.000 toneladas de peso que voló por los aires en la explosión del reactor 4 de Chernóbil, abandonó las redes sociales para proteger a sus hijos; ahora regresa en defensa de los mismos, lo cual parece apuntar a que estamos ante un instrumento neutro como cualquier otro, con la ventaja añadida de que si un cuchillo sirve lo mismo para matar que para cortar la mortadela, en el caso de Twitter se trata de un cuchillo sin filo.
Obviamente, Valenciano sabe que no bastaría con anunciar su regreso a Twitter para amedrentar a los ‘populares’. Por eso, también está ya en Facebook. Y no golpea en vacío, sino con una carta dirigida a todas las diputadas del PP sin distinción de sexos. En su escrito, la cara B de los consejos de su tocaya radiofónica Elena Francis, la número dos del PSOE enumera los sinsabores de una maternidad no deseada y alecciona con admirable paciencia a las compañeras de la bancada ‘popular’, a las que de paso, disculpa de antemano porque no saben lo que hacen. “Os necesitamos”, dice la vicesecretaria general de los socialistas, que tras ejercer durante años nada menos que de mano derecha de Rubalcaba, a estas alturas ya sólo aspira a pasar a la historia como la mujer que consiguió romper la férrea disciplina de voto en el seno del Grupo Popular, algo que no pasó ni con motivo de la Guerra de Irak, ni sinceramente parezca que vaya a pasar ahora. Valenciano lo sabe, de ahí que haya optado por la difusión pública su misiva. Así las cosas, el Gobierno nunca camina sólo: cada paso hacia atrás, va acompañado del correspondiente por parte de la oposición. Si el Ejecutivo anda ya por los años ochenta, los socialistas se remontan a tiempos aún más pretéritos. Cada vez que alguien tilde de “franquista” al Gabinete Rajoy, deberá recordar a continuación la plácida oposición que durante cuatro décadas el PSOE ejerció sobre el caudillo. Para todo lo demás, Aznar, el embrión de ‘Cuéntame’.