LA VIDA ES BELLA
Título original: La vita è bella
Año: 1997
Duración: 117 minutos
País: Italia
Dirección: Roberto Benigni
Guion: Roberto Benigni y Vincenzo Cerami
Música: Nicola Piovani
Fotografía: Tonino Delli Colli
Reparto: Roberto Benigni, Nicoletta Braschi, Giorgio Cantarini, Marisa Paredes,Giustino Durano, Horst Buchholz y Sergio Bini Bustric
Productora: Melampo Cinematografica / Cecchi Gori Group / Miramax International
Género: Comedia / Drama
En 1939, a punto de estallar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el extravagante Guido llega a Arezzo, en la Toscana, con la intención de abrir una librería. Allí conoce a la encantadora Dora y, a pesar de que es la prometida del fascista Rodolfo, se casa con ella y tiene un hijo. Al estallar la guerra, los tres son internados en un campo de exterminio, donde Guido hará lo imposible para hacer creer a su hijo que la terrible situación que están padeciendo es tan sólo un juego. (FilmAffinity)
El cine, como cualquier tipo de expresión artística, no tiene un solo tipo de valoración. Las opiniones son de todo tipo y todos válidos. Existen algunas películas con legiones de fans y ampliamente aplaudidos por el público. ‘La vida es bella’ es una de estas películas adoradas por el público, en general, pero que, sintiéndolo mucho, no me gusta.
Tengo que reconocer primero los pros, porque los tiene. Es una película con una original premisa. Me parece bien abordar con humor temas espinosos, aunque aquí tengo que apuntar a que los límites se cruzan. Si bien aplaudo la valentía de querer hacer humor con el nazismo, pienso que se aborda de tal manera que se termina por humanizar lo más deshumanizado de la historia. El tratamiento del horror Nazi es pobre y requeriría de un análisis más exhaustivo que el de este espacio. En comparación, Chaplin estuvo más acertado con ‘El gran dictador’, una comedia universal que supo hacer chiste de lo más oscuro, pero sin ocultar bajo ese manto el horror que supuso el régimen Nazi.
Otro aspecto positivo, en este caso completamente, es su banda sonora. Absoluta delicia de música que se ve culminada con esa maravilla que es “Beautiful That Way” de Noa, versionada al castellano a dúo por la propia Noa y Miguel Bosé. Podrían haber hecho una película muda y quedarnos solo con la banda sonora, hubiese ganado enteros.
Finalmente, debo admitir que la primera parte de la película está muy bien. Toda la parte del enamoramiento y los primeros años del niño tienen ese punto cómico y tierno que deriva en delirio en la segunda mitad. Aquí se dan pinceladas de la situación histórica, pero sin tratarlas todas ellas como si fueran un chiste. Se puede hacer humor sin ridiculizar.
Ahora ya voy a cuchillo. Ese histriónico Roberto Benigni, aunque siempre está así, me chirría constantemente. Es un actor imposible, inaguantable, cargante, exagerado. Lo compararía con un Pablo Motos del cine. El típico actor que intenta acaparar toda la atención en todo momento y que no hace más que generar rechazo en mí hacia él.
Siguiendo esta línea, ¿alguien me puede explicar cómo este señor pudo ganar el Óscar a mejor actor por este papel, o por cualquiera de su trayectoria? Aquel año estaba nominado un tal Ian McKellen por ‘Dioses y monstruos‘, un tal Tom Hanks por ‘Salvar al soldado Ryan‘ o un tal Edward Norton por ‘American History X’, por comentarlo. Cierto es que la Academia se volvió loca aquel año, porque también premiaron a ‘Shakespeare in Love’ como mejor película, también por comentar.
Película absolutamente sobrevalorada, con hordas de fans y con algunos detractores. Hizo historia, gusta a muchos, pero es de esas películas que todos tenemos que no nos gustan y que no entendemos cómo sí gustan a los demás. En fin, los misterios del cine.
Lo mejor: La banda sonora.
Lo peor: Roberto Benigni, pocos actores hay que sean tan detestables como él.