‘Infiltrado en el KKKlan’: si la Academia quiere tirar a matar, esta es su película
INFILTRADO EN EL KKKLAN
Título original: BlacKkKlansman
Año: 2018
Duración: 128 minutos
País: Estados Unidos
Dirección: Spike Lee
Guion: Spike Lee, Kevin Willmott, David Rabinowitz y Charlie Wachtel (Libro: Ron Stallworth)
Música: Terence Blanchard
Fotografía: Chayse Irvin
Reparto: John David Washington, Adam Driver, Topher Grace, Laura Harrier, Ryan Eggold,Corey Hawkins, Robert John Burke, Paul Walter Hauser, Craig muMs Grant,Michael J. Burg, Chris Banks, Tom Stratford, Jasper Pääkkönen, Ashlie Atkinson,Ken Garito, Alec Baldwin
Productora: Blumhouse Productions / Monkeypaw Productions / QC Entertainment / Perfect World Pictures. Distribuida por Focus Features
Género: Drama / Comedia
A principios de los años setenta, una época de gran agitación social con la encarnizada lucha por los derechos civiles como telón de fondo, Ron Stallworth se convierte en el primer agente negro del departamento de policía de Colorado Springs. Pero es recibido con escepticismo y hostilidad por los mandos y algunos de los agentes. Sin amedrentarse, decide seguir adelante y hacer algo por su comunidad llevando a cabo una misión muy peligrosa: infiltrarse en el Ku Klux Klan y exponerlo ante la ciudad. (FilmAffinity)
En unas semanas la Academia de Cine de los Estados Unidos estará entregando sus premios, los Oscar. Una de las grandes nominadas de este año es ‘Infiltrado en el KKKlan’. La película de Spike Lee no parte como favorita, especialmente viendo la fuerza con la que ‘Roma‘ o ‘La favorita‘ han entrado en la carrera, y los fantasmas de ‘Bohemian Rhapsody‘ y ‘El vicio del poder‘ cerca. Pero podría ser la opción para tirar a matar directamente.
‘Infiltrado en el KKKlan’ tiene discurso, tiene posición política, tiene compromiso. Es una película que directamente apunta a Donald Trump, a esta América racista, y que parecía dormida, que vuelve a despertar en los últimos años. Los paralelismos que hace entre el Ku Klux Klan y la América actual asustan, pero no lo suficiente durante toda la película.
Spike Lee se guarda para los ultimísimos momentos de la película la verdadera bala. Las imágenes que siguen a una película que ha hecho malabares entre la comedia y el drama, son el verdadero llamado y manifiesto político. Lo que hemos visto y oído cobra un nuevo sentido gracias a un epílogo en forma de compendio de imágenes recientes que debería poner en alerta a cualquier ser humano que quiera vivir en libertad. El hombre que dirige la nación más poderosa del mundo no es muy diferente a los que vemos a lo largo de la película urdiendo planes para terminar con los negros. Esos pobres “retrasados” y gente “marginada”, tienen hoy la sartén por el mango. El discurso de Trump no difiere demasiado de David Duke, el líder del Ku Klux Klan cuando ocurrieron los hechos de la película.
Pero centrándonos en la película, Lee opta por crear una película que navega perfectamente entre la comedia y el drama. El momento panfleto político no inunda toda la película, ya que prefiere adoctrinar de manera cómica y entretenida. Tanto es así que la primera hora resulta absolutamente brillante, por su tono irreverente, con las muchas puyas que va lanzando y por no tomarse demasiado en serio. En la segunda hora va poco a poco tornándose más seria, pero sin perder ese puntillo irreverente.
El peso de la película se lo reparten por igual John David Washington y Adam Driver. El hijo de Denzel Washington, al que nunca había visto actuar, y casi debuta con esta cinta, consigue mantener el tipo y resulta creíble en su papel principal. De Adam Driver tengo poco que decir, poco que decir porque en otras ocasiones he alabado su labor actoral. Me parece uno de los mejores actores de su generación, un auténtico portento que hasta hace grande un papel en la saga ‘Star Wars‘.
Si los Oscars se quieren apuntar el tanto político tendrán que elegir entre ‘Black Panther‘, mucho más accesible al gran público, o ‘Infiltrado en el KKKlan’, más autoral y redonda como película. Una más que digna candidata a los premios de la Academia.
Lo mejor: Consigue entretenernos lo suficiente como para que el bofetón final deje marca.
Lo peor: La brillantez de la primera hora se diluye en la segunda.
