‘American History X’: la educación es la medicina para todo
AMERICAN HISTORY X
Título original: American History X
Año: 1998
Duración: 119 minutos
País: Estados Unidos
Dirección: Tony Kaye
Guion: David McKenna
Música: Anne Dudley
Fotografía: Tony Kaye
Reparto: Edward Norton, Edward Furlong, Fairuza Balk, Stacy Keach, Elliott Gould,Avery Brooks, Beverly D’Angelo, Jennifer Lien, Guy Torry, Ethan Suplee y Keram Malicki-Sánchez
Productora: New Line Cinema
Género: Drama
Sinopsis: Derek, un joven “skin head” californiano de ideología neonazi, es encarcelado por asesinar a un negro que pretendía robarle su furgoneta. Cuando sale de prisión y regresa a su barrio dispuesto a alejarse del mundo de la violencia, se encuentra con que su hermano pequeño, para quien Derek es el modelo a seguir, sigue el mismo camino que a él lo condujo a la cárcel. (FilmAffinity)
‘American History X’ es una buena película sobre neonazis en California. Es una buena película sobre racismo. Es una buena película sobre las consecuencias de las peleas de bandas callejeras. Es una buena película de caída en lo más profundo. Es una buena película sobre los costes de las decisiones que tomamos. Es una buena película sobre la incapacidad de la sociedad para dar una segunda oportunidad. Pero es una mejor película sobre el valor de la educación.
Que ‘American History X’ sea una película habitual para poner en institutos es por el enorme valor que tiene su mensaje. Como buena película de los 90 no se anda con chiquitas para dejar claro su mensaje, y tampoco hace falta que se ande con sutilezas. Escenas como la final, el personaje de Edward Norton saliendo de la ducha o lo que ocurre inmediatamente después del tiroteo nos revuelven en nuestra butaca.
El espectador en ‘American History X’ funciona mediante el personaje de Edward Furlong, el hermano de Norton en la cinta. El aprendizaje que este personaje tiene que pasar es el mismo que el espectador. Ante una “injusticia” nos afecta personalmente somos capaces de culpar a otros, de hundirnos en el odio y de extremar nuestras posiciones, pero todo tiene un precio a pagar.
‘American History X’ nos plantea que existe un camino para la redención, aunque tampoco es un camino sencillo. La película de Tony Kaye recalca, acertadamente, mediante un guion con saltos en el tiempo, que somos consecuencia de nuestro entorno, que nos moldea. Pero el camino lo decidimos nosotros. Las diferentes formas de asumir el dolor dentro de la misma familia marcan inevitablemente el destino de unos y otros.
‘American History X’ consigue en su primera parte ponernos los pelos de punta por las consecuencias que el extremismo tiene. En la segunda parte el corazón se nos encoge con el viaje de retorno de Edward Norton a su casa, a su grupo de amigos, a su entorno pasado. La impotencia del hermano mayor que, además de pagar las consecuencias de sus propios actos tiene que hacerse cargo del camino que seguirá su hermano pequeño. Todo esto lo condensa de manera extraordinaria ‘American History X’, convirtiéndose en sus dos horas en una lección magistral contra los extremismos.
Se le puede echar en cara que peca de maniquea. El uso del blanco y negro en el pasado y el color en el presente es de todo menos sutil. Pero como he dicho el cine de los 90 no se caracterizaba por su sutileza. Se puede discutir si la evolución de los personajes es coherente o si resulta forzada.
Tampoco profundiza demasiado en la naturaleza de estas bandas, en sus motivaciones y en su organización. Tal vez esa sea otra película. En esta el foco se pone en dos personajes, todo lo demás es secundario, la razón que motiva los giros. Estamos ante una película intimista, sencilla y simple, pero igualmente efectiva.
Lo mejor: Llega y deja poso, que es lo que básicamente busca. Efectiva lección sobre los extremismos.
Lo peor: Falta profundidad a la hora de tratar las bandas callejeras, los neonazis. El racismo y el drama carcelario los toca de pasada.
