LA PRINCESA PROMETIDA
Título original: The Princess Bride
Año: 1987
Duración: 98 minutos
País: Estados Unidos
Dirección: Rob Reiner
Guion: William Goldman
Música: Mark Knopfler
Fotografía: Adrian Biddle
Reparto: Robin Wright, Cary Elwes, Mandy Patinkin, Chris Sarandon, Christopher Guest, Wallace Shawn, André the Giant, Fred Savage, Peter Falk, Peter Cook, Mel Smith, Carol Kane, Billy Crystal, Anne Dyson, Margery Mason, Malcolm Storry, Willoughby Gray, Betsy Brantley y Paul Badger
Productora: Act III Productions / Buttercup Films Ltd. / Distribuida por 20th Century Fox
Género: Aventuras / Romance / Comedia / Fantástico
Sinopsis: Después de buscar fortuna durante cinco años, Westley retorna a su tierra para casarse con su amada, la bella Buttercup, a la que había jurado amor eterno. Sin embargo, para recuperarla habrá de enfrentarse a Vizzini y sus esbirros. Una vez derrotados éstos, tendrá que superar el peor de los obstáculos: el príncipe Humperdinck pretende desposar a la desdichada Buttercup, pese a que ella no lo ama, ya que sigue enamorada de Westley. (FilmAffinity)
¿En serio ‘La princesa prometida’ no funcionó en taquilla cuando fue lanzada? Me sorprende que una película así de 1987 no triunfara inmediatamente. Es la típica cinta de la época que podría haber funcionado con el boca a boca. Una película llena de frases y escenas antológicas que dan para más de un corrillo y conversación, en el patio del colegio o en el ratito para el café en la oficina. Pero lo que en su momento no triunfó ha terminado por convertirse en una película de culto. Con razón, guarda todos los elementos para serlo.
‘La princesa prometida’ es una cinta hecha en el filo de la navaja que separa la parodia de un género, el de capa y espada en este caso, y la cinta tomada con seriedad. En ningún caso se quiere ridiculizar estas películas, y era muy fácil caer en eso, simplemente se trata de una versión cómica de todas esas historias de caballeros y princesas.
Los puntos fuertes de ‘La princesa prometida’ comienzan por su marcada estética. Estamos ante una película que no deja de ser una construcción en la mente de un niño a través de la historia que su abuelo le está leyendo. Este punto es fundamental para entender que algunos decorados son deliberadamente falsos, que el cartón piedra se huela a kilómetros y que las criaturas no dejen de ser muñecos.
La historia está nutrida de un buen puñado de personajes carismáticos. No hay nadie que sobre en el reparto, nadie. Desde los criminales que raptan a la princesa, el cruel príncipe o el inolvidable Iñigo Montoya. ‘La princesa prometida’ funciona a muchos niveles como una suerte de ‘La vida de Brian’. Es imposible olvidarse de los personajes de la película de los Monty Python, lo mismo en esta. Ese punto entre caricaturesco, real y ensoñación juega muy a favor de la película.
Robin Wright, Cary Elwes, Mandy Patinkin… un reparto de lujo para una película que no aspira a nada más que a entretener. Y esto es básico para que sea tan divertida y amena, no pretende nada más, no busca ni la trascendencia, ni dejar un mensaje, ni cambiar al espectador. ‘La princesa prometida’ es una aventura de cine para que durante hora y media los espectadores devoren palomitas mientras ríen sin cesar. Otras también van con esa intención, pero no lo consiguen.
Un guion escrito desde el puro amor al cine. ‘La princesa prometida’ podría pasar por una película de los años 40 o 50 de fantasía medieval. Este homenaje soterrado al género en forma de cuento no puede ser más gratificante. Pero como aquellas películas, requiere de un espectador que se implique en esta función. No vale con interesarse en la historia. Hay que dejarse llevar. Dejarse llevar por sus inverosimilitudes. Dejarse llevar por sus decorados de cartón piedra. Dejarse llevar por no tomarse en serio ni a sí misma. Dejarse llevar por ese humor cómplice, y altamente inteligente, con el espectador y de continuo guiño guiño.
Porque ‘La princesa prometida’ es ante todo un cuento llevado a la gran pantalla. Porque si te sumerges en su historia vivirás la vida tan intensamente como Iñigo Montoya y disfrutarás como un enano con esta película. Porque te reirás al mismo tiempo que la propia película se ríe de sí misma. Por el guion de William Goldman, por la música de Mark Knopfler y por la dirección de Rob Reiner. Y porque es de esas películas que encierran intacta la magia más pura del cine.
Lo mejor: Su guion es perfecto. Su autoconsciencia. Su sentido del humor.
Lo peor: Si no la has visto de niño es posible que no entres tan bien en ella, aunque si te dejas llevar…