REY ARTURO: LA LEYENDA DE EXCALIBUR
Título original: King Arthur: Legend of the Sword
Año: 2017
Duración: 120 minutos
País: Estados Unidos
Director: Guy Ritchie
Guion: Joby Harold, Guy Ritchie y Lionel Wigram
Música: Daniel Pemberton
Fotografía: John Mathieson
Reparto: Charlie Hunnam, Astrid Bergès-Frisbey, Jude Law, Djimon Hounsou, Eric Bana,Aidan Gillen, Freddie Fox, Craig McGinlay, Tom Wu, Kingsley Ben-Adir, Neil Maskell,Annabelle Wallis, Zac Barker, Oliver Barker, Geoff Bell, Poppy Delevingne,Jacqui Ainsley, Bleu Landau, Georgina Campbell, Rob Knighton, David Beckham,Katie McGrath, Michael McElhatton y Mikael Persbrandt
Productora: Warner Bros / Village Roadshow Pictures / Weed Road Pictures
Género: Fantástico / Acción
Arturo es un joven intrépido que dirige a su pandilla por los callejones de Londonium. Tras sacar la espada de Excalibur, se verá obligado a tomar algunas duras decisiones. Junto a una misteriosa mujer llamada Guinevere, deberá aprender a manejar la espada, vencer a sus demonios y unir al pueblo para derrotar al tirano Vortigern, quien robó su corona y asesinó a sus padres antes de convertirse en rey. (FilmAffinity)
El estilo de Guy Ritchie (‘Operación U.N.C.L.E.‘), especialmente reconocido por sus versiones de ‘Sherlock Holmes’, no me termina de desagradar, es su forma de hacer cine. Ese toque de videojuego, con constantes secuencias a cámara lenta, una verborrea apabullante y un ritmo irregular, pero bueno, es Ritchie. El problema principal viene cuando este estilo se convierte en el único aliciente de una película que debería haber sido una versión mucho más trabajada de una historia que daba para mucho más.
‘Rey Arturo: La leyenda de Excalibur’ se hace muy pesada. Tremendamente pesada. Es increíble que contando con grandes actores como Jude Law (‘El Gran Hotel Budapest‘), Eric Bana (‘Star Trek‘), Djimon Hounsou (‘Gladiator‘), Aidan Gillen (‘El corredor del laberinto: Las pruebas‘) o Charlie Hunnam (‘La cumbre escarlata‘), evidentemente no incluyo a la limitadísima Astrid Bergès-Frisbey (‘Piratas del Caribe: En mareas misteriosas‘), se puede conseguir un resultado tan paupérrimo. Ah, vale, ya sé, es que la película olvida completamente a sus actores y se centra en un constante juego de fuegos artificiales que aportan entre poco y menos. Tanta serpiente, águila y broma metida con calzador lastra gravemente a una película que no deja de ser una hermana menor y maltrecha de otras películas de género fantástico que hemos visto últimamente.
La sensación con la que sale el espectador de la cinta es con la de haber asistido a una sesión de videojuegos. Y no es por menospreciar a la industria del videojuego, creo que hacen una labor espectacular, pero jamás consigue aproximarse a la realidad. Aquí ocurre eso mismo. En una película puedes meter todos los efectos especiales que quieras, que funcionarán siempre y cuando casen con la realidad y no desentonen con el resto del conjunto. La serie ‘Juego de tronos’ es un clarísimo ejemplo del buen resultado que pueden ofrecer unos efectos digitales a una historia de este tipo. Aquí Ritchie y compañía se pasan de frenada y en lugar de meternos más en la historia nos sacan con una patada. Verás nuestro videojuego, pero sin mando, para que no le des a la tecla de salir de la partida.
Lo peor de todo es que la sensación que deja el final es de la apertura de una nueva franquicia de películas. Con ‘Sherlock Holmes’ logró calar el tono de Ritchie, por méritos de Robert Downey Jr. (‘Chaplin‘) especialmente, y las secuelas se esperan con ganas, la tercera espero que llegue pronto, pero aquí el pavor es lo único que puede tener cabida. Aquí la marcianada se va de madre y quita toda posible gana de alguna secuela futura.
En el mejor de los casos, esta película la olvidaremos muy pronto con alguna similar pero bien hecha. Incluso el propio Ritchie, cuya única virtud en ‘Rey Arturo: La leyenda de Excalibur’ es la de no renunciar a su tono personal, nos traerá alguna película mejor que esta para redimirse de alguna manera. O no, porque así es el ex marido de Madonna (‘En la cama con Madonna‘).
Por cierto, el cameo de David Beckham es de lo mejor de la película, las cosas como son.
Lo mejor: Guy Ritchie mantiene su tono y forma, aunque en este caso no ayudan, es bueno que no se renuncie.
Lo peor: Es una marciana totalmente descontrolada, sin mesura y con nulo interés por reinventar de forma efectiva una historia manida.