-Paciente (P): “Hola Belén. Quisiera hablar contigo de cómo me siento en los grupos. No sé de qué hablar cuando me acerco a un grupo de madres que están en el parque con sus hijos. La verdad es que no me gusta mucho la conversación que tienen porque se suele criticar bastante a los demás y a mí eso no me va. Me aburro una barbaridad y estoy muy incómoda.
–Terapeuta(T):¿Por qué te acercas a ese grupo de madres?
-P: Pues por no apartarme de la gente, por no parecer rara o asocial, pero no aguanto mucho tiempo con ellas y acabo marchándome a otro banco a leer un libro.
-T:¿Qué te dices a ti misma mientras estás sentada a solas en el banco?
-P: Uffff, la cabeza me va a toda velocidad y me digo que soy una tía rara, que no sabe relacionarse con la gente como los demás, que así no voy a hacer amistades y que incluso a mi hija le puede perjudicar que su madre sea diferente a las demás por los comentarios de otras niñas.
-T: ¿Te das cuenta de que eres tú misma la que se está juzgando negativamente, que dentro de ti te estás creyendo que haces mal actuando como lo haces?
-P: Es verdad…..Antes pensaba que eran los demás los que pensarían mal de mí, pero ahora me doy cuenta de que soy yo misma la que me critico por hacer lo que hago, por no ser más sociable. ¿Qué puedo hacer?
-T: ¿Te sientes a gusto leyendo el libro en el parque?
-P: Pues… aunque me cuesta concentrarme para leer porque estoy pendiente de lo que piensen de mí, en el fondo estoy haciendo lo que me apetece y estoy mucho más cómoda que si estoy en el grupo con una conversación que no me interesa.
-T: Déjate estar como te sientas sin forzarte. En el fondo, a ti no te interesa formar parte de ese grupo. Quiero hacerte una pregunta: ¿Te cuesta relacionarte en general y hacer amistades?
-P: Suele resultarme más fácil de persona a persona, no en grupos. No tengo ningún problema en hablar con alguna chica que no conozca pero que me dé buena impresión. E incluso hablo de cosas personales si tengo buen “feeling” con ella, así que creo que doy confianza en poco tiempo.
-T: Me parece una buena cualidad tuya que no todo el mundo desarrolla. Aunque no te sientas cómoda en los grupos, sabes acercarte y dar confianza de tú a tú, lo que me parece importante para cultivar una amistad. Valóralo y acuérdate de ello cuando estés leyendo a solas en el banco.
-P: Me ha llegado lo que has dicho, Belén. Veo cosas positivas en mí que me hacen darme cuenta de que no soy tan asociable como creía. Gracias.
-T: Me alegro de que te haya servido la sesión. Hasta pronto.”
*Este consultorio es una recreación ficticia de una sesión de terapia, que no responde a ningún paciente concreto.
Caminamos…Belén Casado Mendiluze