Puedes cambiar sin tú proponértelo | La psicóloga en casa >

Blogs

Belén Casado Mendiluce

La psicóloga en casa

Puedes cambiar sin tú proponértelo

 

No todos los cambios en tu forma de ser se dan porque tú los pretendas y los busques. Puede ser que quieras ser más sociable y te propongas, con acierto, aprender a sacar temas de conversación, pero otros cambios en ti se van dando poco a poco, sin hacer ninguna planificación consciente por tu parte; sólo necesitas estar abierto internamente a tener otras actitudes. Esa apertura al cambio te hará… mudar de piel.

En esta sociedad en la que se cree que todo se puede conseguir a base de esfuerzo y fuerza de voluntad, hay momentos en los que sólo puedes constatar, no sin cierto asombro, que estás cambiando, que lo que antes te servía y no te cuestionabas, ahora te empieza a molestar, que no sabes cómo pero estás yendo por otro camino que no es el habitual en ti.

Antes, por ejemplo, te preocupabas por agradar a los que te rodeaban, con mayor o menor acierto, porque observabas que lo que pensabas que podía gustar a la otra persona podía no ser lo que esta deseaba. Y entonces, te jurabas a ti mismo que no ibas a caer en la trampa de querer caer bien a los demás a toda costa, ya que no te querían más por ello sino que, encima, te hacía quedar como una marioneta a sus ojos.

Pero tras tu propósito inicial de cambio, volvías a caer una y otra vez en el mismo aprendido comportamiento de agradar. Así que te dejaste tranquilo, constatando que hacías lo que podías para cambiar lo que durante tanto tiempo te había salido de manera natural y automática.

Sin embargo, no todo se había perdido. Algo se estaba gestando dentro de ti, casi a oscuras y a escondidas. Tu actitud de desear estar y sentirte de otra forma, menos pendiente de los demás y más de ti mismo, estaba empezando a dar sus frutos, pero no porque tú “empujaras el río en contra”.

Dejaste de luchar contra ti mismo para ser de manera diferente a como eres, y eso es un paso importantísimo.

Pero los cambios no se dan como si una nueva manera de actuar saliera natural y espontáneamente, no. Te observas frenándote en llamar por teléfono o hacerte la simpática, aunque todavía hagas cosas dejándote llevar. Es normal: lo nuevo empieza a aparecer poco a poco, pero lo viejo todavía no se ha ido.

Y te sientes descolocado, fuera de lugar, incómodo contigo mismo porque “se te están cambiando los esquemas” y todavía no sabes a qué atenerte. Es un signo positivo porque refleja tu cambio interior aunque buscas sentirte seguro cuando lo de antes ya no puede darte seguridad.

Estate orgulloso de ti mismo, de estar abierto al cambio aunque no sepas muy bien cómo este se está produciendo en ti. Permanece, déjate estar como puedas, ten paciencia contigo mismo. Estás…mudando de piel.

 

Caminamos…Belén Casado Mendiluce

 belencasado@terra.es

Temas

Sobre el autor

Soy Licenciada en Psicología y desarrollo mi trabajo en una consulta privada. Mi vocación desde joven ha sido la psicología, y a través de ella he buscado comprender a los demás y a mí misma. Desde ese trabajo interior, intento que lo que transmito sea un reflejo de aquello en lo que creo y que me sirve a mi. Me siento siempre en búsqueda, abierta a aprender de todo aquello que me haga crecer como persona. Y creo que lo que se vive como vocación no es sólo patrimonio mío sino que puede servir a los demás.


marzo 2013
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031