Martín Ojeda (*), nuestro etólogo canino, contesta hoy a Mónica, quien nos escribe muy preocupada porque una de sus perras tiene muchos problemas: se muestra celosa con las otras dos perras con las que convive, se orina en casa antes diferentes situaciones, rompe cosas, tira muchísimo de la correa…
“La consulta de hoy trata sobre una perrilla adoptada de la calle que comparte casa con otras dos, frente a quienes ha comenzado a mostrarse celosa y hostigadora. Además de eso, se orina dentro y cuando está sola rompe todo lo que puede.
De acuerdo a lo que dice en el cuestionario, la perrilla tenía unos siete meses cuando fue recogida junto con otra de la calle, contando actualmente con unos once meses de edad. No podemos saber a ciencia cierta lo que ha pasado en sus primeros meses de vida, aunque sí podemos aventurar que desafortunadamente no ha sido nada bueno. Como ya hemos dicho, el período de socialización es fundamental en la vida del perro a la hora de aprender a comportarse con sus congéneres y podemos suponer que –aún en el caso de haber estado con su madre en ese momento- las condiciones de su desarrollo no han sido para nada las mejores.
En ese sentido, tanto la compulsión a la hora de ingerir sus alimentos como el intentar quedarse con la porción de las otras dos puede ser clara consecuencia de las privaciones vividas en sus primeros mesecillos, tal y como hemos visto que se presenta en perretes adoptados de las perreras. Este puede ser también el origen de su conducta para con los demás perros con que se cruza.
Las conductas relacionadas a tirar de la correa, no obedecer y demás, son subsanables en sí mismas con un programa de educación y –fundamental- criterios consecuentes a la hora de exigir los comportamientos. Si el dueño dice una cosa y la dueña dice otra, el animal no entiende y opta por lo que le resulta más cómodo o familiar.
La eliminación inadecuada puede deberse a diferentes motivos. Mal aprendizaje, marcaje, ansiedad, temor, etc. Es necesario individualizar los momentos y analizarlos particularmente. Pero desde luego, sea cual sea el motivo, nada de amarres. Hay que eliminar el estrés, no aumentarlo.
Para concluir, deciros que son varios temas como para tratarlos en base a pautas generales. Es necesario que consultéis con un profesional que analice todos y cada uno de los elementos en juego, desde el entorno en el que viven hasta la naturaleza de la convivencia entre las perras y entre ellas y vosotros. Tratándose de hembras, además, los episodios de violencia pueden llegar a derivar en problemas graves, con lo cual es recomendable que no tardéis en hacerlo.”
(*) Martín R. Ojeda es etólogo y adiestrador de Servicios Caninos Integrales
(**) Si quieres que Martín te ayude con tu perro, recuerda rellenar este cuestionario y enviarlo a unomasenlafamiliablog@gmail.com.
(***) Tened en cuenta que los consejos se dan habiendo leído el cuestionario rellenado por la persona que hace la consulta, por lo que el etólogo cuenta con muchos más datos de los que aquí se comentan.