Cuantas “palabrejas” oímos a los expertos en temas caninos una y otra vez sin saber bien lo que significan, ¿a que sí? Pues hoy Martín Ojeda (*), nuestro etólogo canino, nos explica una de ellas: estereotipia.
“Cuando, aquéllos que tenemos la suerte de compartir nuestra vida con uno o más peludos, vamos interesándonos más por ellos y por tanto dejando de ser meros dueños de perros para meternos más en su mundo, comienza a llegar a nosotros una avalancha de información heterogénea formada por datos de mayor o menor valor científico y/o práctico.
Dentro de todas esas cuestiones aparecen términos técnicos que, muchas veces, son repetidos luego en programas de televisión de forma errónea o sesgada que nos llevan a error por carecer de formación en el tema.
Vamos a hablar hoy de uno de esos términos: la estereotipia.
Para empezar, intentemos una definición simple que luego trataré de hacer más clara con algún ejemplo. La estereotipia es un comportamiento repetitivo, que parece programado y fijado en el perro, que sigue siempre la misma secuencia y que no tiene un objetivo o función aparente (Pozuelos-Álvarez, 2007). Una y otra vez vemos al animal llevar a cabo la misma conducta, en una secuencia de actos que no tiende a conseguir ningún fin. Extrapolando términos de psicología humana, a veces se suele referir a ellas como conductas compulsivas o trastorno obsesivo compulsivo (salvando las distancias obvias, por supuesto).
¿A qué se deben? Bueno, se dan generalmente a raíz de un estado de frustración o conflicto que sufre el animal durante un tiempo y que lo lleva a una situación de estrés continuado de la cual no es capaz de salir. Suele presentarse en situaciones de confinamiento, sea éste la causa misma o bien un elemento agravante del cuadro.
Como puede verse, no es una condición que se presente de buenas a primeras, sino que necesita la persistencia en el tiempo de esa situación que genera estrés y de la incapacidad para gestionarlo. Habitualmente comienza con conductas de desplazamiento que, de no cesar el estrés, culminarán en estereotipia.
Por ejemplo, esa conducta tan “graciosa” de la que suelen reírse dueños y amistades cuando el perro gira sobre sí mismo intentando pillar su propia cola…Seguramente sea mejor, en lugar de reírnos, analizar minuciosamente la vida y el entorno del animal, que tal vez está indicándonos algo importante.
¿Quién puede sufrirlas? No se ha determinado que exista mayor predisposición según edad o sexo, de modo que cualquiera de nuestros perretes puede llegar a desarrollarlas si no prestamos atención adecuada a su bienestar.”
(*) Martín R. Ojeda es etólogo y adiestrador de Servicios Caninos Integrales
(**) Si quieres que Martín te ayude con tu perro, recuerda rellenar este cuestionario y enviarlo a unomasenlafamiliablog@gmail.com.