Las series de abogados, médicos y policías, constituyen la columna vertebral de las programaciones de las cadenas generalistas. Con tanta oferta, la principal dificultad es el factor diferenciador que permita que el espectador fije su atención sobre esa propuesta, que suele ser de dos tipos, una premisa original con un protagonista interesante o poner un nombre de fama y prestigio al frente de la serie.

“Shark” es una serie que combinó ambos factores con la premisa de un abogado defensor tiburón ( traducción del nombre “shark” en ingles) que busca su redención al otro lado de la ley y consiguiendo involucrar a una estrella del calibre de James Woods, para su primera incursión televisiva como protagonista de carne y hueso, tras una larga y fructífera carrera cinematográfica

Pero la televisión no es una ciencia exacta, y la serie tuvo una existencia bastante turbulenta, con una gran rotación de actores secundarios y problemas de otra índole, que a pesar de tener unas audiencias mas que respetables, hicieron que la CBS cancelara la serie al final de su 2T en una decisión bastante sorprendente.

Hoy vamos a presentarles el recorrido de Sebastian Stark este abogado poco convencional que casi una década después, sigue pululando por algunos de los diales mas remotos de la TDT, como relleno mas que correcto de programaciones de bajo presupuesto.

Ficha: Shark 38ep .   Sep 2006 -May 2008  Cadena: CBS ( USA) -Fox/ La Sexta (E)

Sinopsis: Sebastian Stark es un  prestigioso abogado defensor , especializado en salvar a sus adinerados clientes de sus líos legales, utilizando todos los medios a su alcance, siempre legales, pero éticamente muy cuestionables, por lo que se ha ganado el sobrenombre de “Shark/Tiburón”.

Cuando un cliente al que había librado de un cargo de violencia de genero, acaba matando a su mujer, tiene una grave crisis existencial que le lleva a abandonar la abogacía, atormentado por las consecuencias de sus actos. En esa situación es contactado por la oficina del fiscal, que le ofrece un puesto de trabajo para que utilice sus tácticas y conocimientos poco convencionales, para condenar a los acusados, en lugar de para liberarlos, a lo que Stark acaba accediendo, convirtiéndose en uno de los fiscales mas agresivos de Los Ángeles

El inicio: Ian Biederman es uno de esos guionistas oscuros pero fiables que pueblan las salas de escritores de los estudios televisivos, empezando por los puestos mas bajos del escalafón en series como “Chicago Hope” o “Cinco en Familia”, para ir subiendo poco a poco en otros productos conocidos como “Crossing Jordan” o “ Ley y Orden : Unidad de Victimas especiales”.

Cuando estaba trabajando en esta última, empezó a convertirse en un obseso de los temas legales, y en especial de los juicios de alto calado, con abogados defensores y fiscales estrella que acaparaban el protagonismo de las interminables sesiones televisadas de los juicios.

Una de las conclusiones que Biederman extrajo de sus observaciones minuciosas, era que la justicia no era igual para todos, y que la capacidad económica del acusado determinaba mucho el acceso a los mejores abogados defensores y en consecuencia a tener una mucho mejor defensa.

La idea fue darle la vuelta a ese concepto, y desarrollar la posibilidad de que uno de estos abogados estrellas cambiase de bando y estuviera del lado del fiscal para aplicar todos esos conocimientos en condenar a gente culpable en lugar de exonerarlos con tácticas discutibles y su pico de oro.

Tras consultar con algunos abogados pata negra de Los Ángeles como Robert Shapiro ( el abogado de O.J. Simpson, de gran popularidad actualmente gracias a la serie “American Crime Story¨) y ficharlo como asesor , escribió un piloto, que interesó mucho a la productora Imagine, la de Brian Grazer y Ron Howard que le compró la idea e involucró a James Woods en el proyecto.

La venta a la cadena CBS fue sencilla con Woods al frente y recibió la luz verde para una primera temporada para el prime-time otoñal de 2006, en el horario estelar del jueves a las 10 de la noche, con una cabecera tan lujosa como la siguiente:

La serie se asentó rápidamente en el Top 20 de las audiencias y se convirtió en uno de los mejores estrenos de ese año, lo que le valió una rápida renovación para una 2T, con promociones como la siguiente

Biederman ha seguido teniendo una carrera solida pero poco espectacular, saltando de serie en serie, como en la actualidad donde ejerce de productor ejecutivo de “Blue Bloods”, una serie de corte clásico que da mucho dinero pero pocos premios.

La trama: La serie gira absolutamente en torno al personaje de Sebastian Stark, con la premisa que se establece en el episodio piloto, del abogado estrella, que es presa de sus remordimientos por el crimen cometido por una persona absuelta gracias a su habilidad como abogado y que busca su expiación pasándose de bando.

En el episodio piloto se nos muestra la entrada triunfal del abogado en una escena del crimen, a petición de su cliente, que pronuncia la frase lapidaria “Shark is my lawyer”, como si fuera la carta del Monopoly que le va a librar de la cárcel, como pueden recordar en el vídeo

Toda la serie se centra en el cambio de roles, poco habitual en las series televisivas, donde el abogado defensor en los casos penales suele ser la estrella ( Perry Mason, Matlock, L.A.Law, El Abogado, etc) y el fiscal el personaje que suele ser ridiculizado por la oratoria y habilidad del defensor.

Aquí tenemos al reciclado fiscal Stark y su grupo de ayudantes, de los que ejerce de mentor duro y despiadado a veces, pero comprensivo y conciliador en otras, y va introduciendo por todo el laberinto de trucos legales que utilizaba como defensor desde el bando contrario.
“Shark” se estructura como un procedimental, donde se nos presenta el caso semanal, donde aparentemente el trabajo no va a ser sencillo para conseguir una condena, desarrollándose la mayor parte del mismo en la oficina de Sebastian Stark, con relaciones a dos niveles.

En primer lugar con su superiora, la fiscal del distrito que es la responsable de su fichaje, con la que tiene continuas diferencias de criterio, básicamente porque suele tirar por atajos poco recomendables que complican y mucho la imagen de la fiscalía,  por supuesto con ella empieza a aparecer la tensión sexual obligatoria en este tipo de relaciones televisivas, como pueden ver en el vídeo

La mayor parte del episodio, se centra en las investigaciones que Stark lleva a cabo con sus cuatro jóvenes ayudantes, todos ellos de origen y extracción muy diferentes, para cubrir todo el espectro económico y racial, así como con el investigador que no puede faltar en ninguna serie de abogados, para hacer el trabajo sucio que luego será utilizado en los juicios.

Por último a un nivel mas de relleno, tenemos los únicos momentos en que se nos muestra la vida personal de Sebastian Stark, en la relación con su hija adolescente de dieciséis años, que ha decidido mudarse con su padre, para recuperar todos los años en que apenas ha gozado de su presencia paternal, en otro giro bastante habitual.

Los casos semanales suelen ser complejos y con diversos giros argumentales, siempre dirigidos hacia el clímax que es el juicio final, donde el fiscal saca a relucir toda su experiencia y truculencia para conseguir poner al jurado de su parte y obtener un veredicto de culpabilidad, como pueden ver en esta escena de alegatos finales.

La formula se fue repitiendo de forma consistente durante la primera temporada, incluso con el recurso de eliminar a algún actor secundario, para salir de la plantilla habitual durante uno o dos episodios, para volver a la misma, en cuanto el nuevo fichaje se ha introducido en la maquinaria de la fiscalía.

“Shark” era una serie dirigida a un publico de una cierta edad que disfruta con las series de abogados de corte clásico, que le permitan pasar un rato distraído a la vuelta a casa, sin mas preocupaciones que intentar adivinar la manera en que el fiscal va a enganchar al escurridizo culpable y poner sus huesos en la cárcel durante un largo periodo de tiempo.

Con este objetivo en mente, tenemos que reconocer que “Shark” lo cumplía sobradamente, aunque sin destacar sobre otras series legales, que intentan ir algo mas allá que la resolución del caso semanal, con el mejor ejemplo en la maravilla que es “The Good Wife”, a punto de finalizar su andadura.

El principal problema que le veía a la serie, era precisamente la tendencia a la sobreactuación de su protagonista , James Woods, en un error de muchos actores cinematográficos al pasarse a la televisión, donde para demostrar lo grandes actores que son, gesticulan y fuerzan mucho sus expresiones, para mostrar de lo que son capaces, como pueden comprobar en este corte donde hace de testigo en un juicio

Woods eclipsaba al resto del reparto, al ser el centro de todas las actividades y aparecer en casi todas las escenas, por ello cuando se pasaba de frenada, en especial en los juicios, podía llegar a parecer muy petulante y cargante, lo que no deja de ser una lastima, porque es un actor que me encanta, pero como todos necesita ser dirigido y controlado para evitar los excesos, que cada vez eran mayores.

Otro problema derivado del gran protagonismo de Woods, era el desdibujamiento de sus ayudantes, reducidos a meros arquetipos sin que se profundizara mucho en sus personajes, poco mas allá de los ligoteos y relaciones sexuales entre ellos, a nivel de “Melrose Place” legal.

En el lado positivo de la balanza, tengo que reconocer que los casos legales que planteaban eran bastante interesantes, con dilemas legales y morales de los que hacían pensar al espectador, y que hacían que cada semana disfrutará viendo este aspecto de la serie, sin que los desajustes mencionados fueran una causa tan importante como para dejar la serie.

Los actores:
James Woods es un gran actor de cine, que siempre será recordado por sus papeles en películas inolvidables como “Erase una vez en América “ o “Casino”, casi siempre en importantes papeles secundarios pero de los que se comían al protagonista de turno.

Su pase a la televisión, creó una enorme expectación en un vehículo creado a su medida, pero que al final fue el principal problema, ya que un poco mas de contención, le habría venido de perlas a un personaje que ni consiguió ser nominado a los premios importantes, prueba inequívoca que algo fallaba en su creación. Últimamente ha disminuido mucho su carga de trabajo, aunque lo disfrute mucho en “Ray Donovan”, y prefiere jugar al poker en todo tipo de torneos para celebridades.

El único personaje que estaba a su altura era el de su superiora Jessica Devlin , interpretada por la siempre interesante Jeri Ryan, que tenia el doble papel de controlar los excesos de su fichaje estrella, pero dándole la rienda suelta necesaria para conseguir las condenas que necesitaba.

Jeri Ryan es una de las actrices mas idolatradas en el universo trekkie, desde su papel como una Borg en “Star Trek Voyager”, y luego ha trabajado con continuidad pero sin conseguir sobresalir nunca de la zona media de la tabla, en series correctas como “Body of Proof”, “Helix” o “Bosch”, una lastima porque es una actriz que se merece mas.

Al recuperar series antiguas, uno de mis pasatiempos es comprobar la profundidad del reparto original, comprobando el lugar donde se encuentran esos actores en la actualidad, y la verdad es que en el caso de “Shark” les quedó un reparto bastante apañadito, en especial con los ayudantes que casi todos tuvieron su primer papel importante en la serie, y que ademas tenían bastantes rotaciones y cambios, que influían poco en la serie.

En la foto tienen el grupo mas estable, que lo formaron de izquierda a derecha, la ambiciosa Raina ( Sophina Brown), el resabiado Danny (Kevin Alejandro), el investigador Isaac ( Henry Simmons) y la brillante Madeline ( Sarah Carter) que bailaban al son que les marcaba su jefe, aunque muchas veces con el paso cambiado, lo que era una fuente de conflictos. Ninguno de ellos destacaba, pero tampoco desentonaba.

Los cuatro tienen caras reconocibles, en especial Henry Simmons con una larguísima carrera que empezó en “Policías de Nueva York” y ahora sigue en “Marvel’s Agent of SHIELD”, Kevin Alejandro es otra constante en muchas series como “True Blood” o “SouthLAnd” , y ahora lo podemos ver en “Lucifer”.

La canadiense Sarah Carter fue de lo poco salvable del bodrio que era “Falling Skies” y ahora esta por Hawaii con el 5.0 donde aparece de ver en cuando, y por ultimo Sophina Brown, a la que vimos varias temporadas en “Numb3ers”, para ir tirando ahora de papeles de estrella invitada, ademas de casarse con su compañero en la serie Henry Simmons, en una continuación real del romance que tuvieron en la serie.

Por último en el papel mas reducido de la serie tenemos a Danielle Panabaker, como su hija Julie que salía en dos o tres escenas por episodio y a veces ni eso, mas que nada para cantarle las cuarenta a su padre o para cometer errores de adolescente, en un personaje arquetípico de joven prescindible.

Panabaker lleva trabajando toda su vida, desde su etapa infantil, tanto en televisión como en el cine con una cierta especialización en películas de terror, donde sale gritando con gran pericia. No ha notado en absoluto su paso a la edad adulta , que suele ser la tumba para muchos actores infantiles, y la mejor muestra es su presencia actual como científica en “The Flash”, que la está convirtiendo en muy popular a nivel global.

El final
En la 2T se produjeron algunas variaciones en la relación entre los personajes, que en mi opinión fueron demasiado prematuras y empezaron a erosionar la base de sus fieles audiencias, al desaprobar algunos cambios de roles entre los personajes fijos de la serie, en especial el hecho de que la jefa inicial de Stark, ahora fuera su subordinada.

El cambio de horario de los jueves a los domingos, también jugó en su contra, puesto que en el periodo otoñal, la competencia de la liga de fútbol americano, la NFL, es muy fuerte, pero la intención era posicionarla en ese lugar para remontar en la segunda mitad, liberada de la rivalidad deportiva.

Entonces apareció un nuevo problema, que fue la huelga de guionistas de 2007, que paralizó las producciones durante varios meses y cortó su temporada por la mitad, cuando empezaba a remontar en las audiencias. Al volver a la programación, con cuatro episodios a finales de Abril, tras tres meses de parón, el mal ya estaba hecho y la temporada la cerraron sin hacer nada especial excepto cerrar alguna trama recurrente.

Desde el punto de vista global, la serie había bajado algo en su apreciación por los espectadores, pero se mantenía sólidamente en el Top 30 de las audiencias, aunque casi toda ella de gente mayor, de la que desprecian los anunciantes, lo que determinó que la CBS la cancelara de forma abrupta al finalizar la 2T, para buscar otras series con mas recorrido, sorprendiendo a todos los analistas.

A pesar de algunos intentos por venderla a otras cadenas, al propio James Woods le faltó tiempo para embarcarse en nuevos proyectos cinematográficos y abandonar la televisión, a la  que nunca acabó de adaptarse por su ritmo frenético y la cancelación le vino de perilla para volver al cine que es lo que le gusta.

Epilogo:
Hace poco leía en un articulo, que muchas de las series que tanto hablamos en la actualidad, de aquí diez o quince años, estarán totalmente olvidadas y con razón. “Shark” podría ilustrar perfectamente ese concepto, porque es una serie que a pesar de tener una cierta popularidad, incluso en nuestro país con pases por la Sexta en abierto con buenas audiencias, se ha olvidado rápidamente de nuestras mentes, apenas diez años despues de su estreno.

Hoy hemos intentado recordarles una serie que han olvidado, aunque si eran apasionados de las series legales, estoy seguro que disfrutaron en su momento y que nuestro epitafio particular queda como legado  de su efímero paso televisivo.

Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestra cuenta de twitter (@lmejino). Hasta la próxima
Lorenzo Mejino