Hay quien puede pensar que este es un vino falso, que es un vino hecho en un laboratorio porque es perfecto para el gusto de quienes más consumen el vino de la bodega Ramón Bilbao que son los guipuzcoanos.

Ramón Bilbao es una bodega nonagenaria así que se le supone la sabiduría suficiente para hacer vinos. Y además, la empresa actual sigue teniendo como referente al fundador de la misma Ramón Bilbao Murga y los vinos que hace los hace respetando una manera de hacer y una forma de cuidar los vñedos que dan como resultado este estilo de vinos tan riojanos, tan reconocibles que ya son como viejos amigos. Me imagino que al Sr. Bilbao le gustaría saber que sus vinos siguen siendo fieles a su manera de interpretar el vino.

Este vino es un vino sin aristas, un vino sin problemas, como esa figura de mármol perfectamente pulida, un vino al que siempre encuentras el gusto y el placer, ese que buscas en un buen vino. Está hecho solo con tempranillo, y cuando dice “Edición Limitada” es porque hay algo más de 900 barricas nuevas de donde sale este vino que ha estado metido en ellas 14 meses y las botellas numeradas han estado otros 10 meses en la bodega. Entonces es cuando deciden sacar el vino para su consumo, que es como se ahcen las cosas.

Y que dan como resultado ese toque especiado, toda esa vainilla tan característica y, al final, te queda una cantidad de fruta refrescante que no te esperabas y que aparece porque no ha podido la madera con ella, fruta agazapada esperando para dar placer a quien sabe disfrutar de una buena copa de vino. Es un vino serio, muy serio y agradable, muy agradable por sólo 10 euros (Goñi Ardoteka) en una presentación, además, de un vino de mucho más precio. Ideal para un regalo.

En twitter: @guiabuenamesa