Por donde les quepa.

Como no salgo del cabreo que llevo me apetece decirlo claramente: Que nadie compre la Guía Michelín, por favor. Es un insulto a la gastronomía.

De acuerdo, puede que los tres estrellas estén felices y de acuerdo con lo que tienen, pero es un insulto que en estos momentos (y lo voy a decir claramente) un restaurante de la Parte Vieja o un restaurante en un lugar emblemático de San Sebastián que no ofrecen ninguna emoción ni en su cocina ni en su servicio, estén por encima de Fagollaga o tengan la misma puntuación que el Zuberoa. Es una vergüenza y lo digo como lo siento.

José Benito Lamas es el jefe de los inspectores españoles y estoy seguro de que no sería capaz, en estos momentos, de poder explicar semejante desfachatez, semejante agravio comparativo.

Se nota el cabreo que llevo del calentón del momento, pero no creo que con la calma me llegue la razón, seguiré pensando lo mismo.

Blog escrito escuchando: Janis Ian, Revenge (Venganza)