1) En lo que duró la interminable gala de los Premios Goya, la audiencia hubiera tenido tiempo para ver seguidas ‘Balada triste de trompeta’ y ‘Pa negre’ y aún le hubiera quedado margen para hacer lo propio con los nominados a Mejor Corto de Animación. La vida del futbolista es muy corta, pero la de los cineastas no tiene fin. Especial mención merece el Premio de Honor a toda una carrera, rebautizado como Premio de Horror a todo un discurso ya que, por una razón o por otra, siempre acaba siendo tan dilatado como la propia trayectoria galardonada.
2) Pese al descrédito del cine español en general y de los Premios de la Academia en particular, terminar la gala y ponerse los mejores de representantes de la comunidad internauta a buscar desesperadamente la cinta ganadora en las webs partidarias de una cultura libre y universal fue todo uno.
3) Álex de la Iglesia se despidió del cargo se doctoró anoche como masajista profesional, en un discurso en el que el inventor del concepto filosófico “ascopena” aseguró que “la gente no va al cine porque está delante de una pantalla de ordenador”, pantalla desde la que -omitió decir- no hubiera podido acceder a la página del organismo que preside dado que había sido bloqueada por la nueva centuria de censores.
4) De la Iglesia olvidó también que entre la pantalla del ordenador y la de la sala de cine se interponen seis euros y pico que lo explican todo. Si las proyecciones en sala fueran gratis y las descargas costaran seis euros, ‘seriesyonkis’ tendría que cambiar de modelo de negocio y afrontar el cambio de paradigma. Todo se reduce a eso y el resto es prosopopeya.
5) Del concepto en el que se tiene a sí misma la comunidad internauta, da cuenta el hecho de que tras reunir a 200 enmascadarados en una capital con varios millones de habitantes, la protesta fue considerada por sus convocantes un éxito incontestable. “Y aún dirán que somos cuatro gatos”, proclamaban sacando pecho los incautos.
6) Hablar de glamour en la gala de los Goya equivale a suministrar metadona a quien jamás probó la heroína. Eso sí, el peluquero de Pilar López de Ayala ha acreditado méritos de sobra como para llevarse de calle el Premio Pritzker de este año.
7) “A mi madre, que ha venido conmigo”, “a mi padre, que estará en el cielo”, “a mi cuñada, que nos acaba de dejar”, “a mi mujer, sin la que no soy nada” y “a mi hijo, que ilumina mis días”. Pese a la denostación que sufren los artistas del cine por parte de la prensa conservadora madrileña, la entrega de los Goya es -lejos de la bohemia y la disipación moral- el mayor acto de exaltación de la familia que se celebra cada año en España, por encima de las manifestaciones provida y las visitas de Ratzinger.