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Cecilia Casado

A partir de los 50

Reflexiones a la orilla del mar. Sistema catalán para llegar a fin de mes

 

El viernes fui al pueblo. Lo digo porque es algo inusual en mí acercarme al bullicio festivo de terrazas, restaurantes y tiendas… y marabunta humana. Pero he descubierto un pequeño y coqueto lugar donde hacen comiditas “con mucho cariño” y el viernes hacían menú especial: ostras mediterráneas –a pesar de no tener “r” el mes-, caracoles a la parisina, boquerones pescados en el mismo día, ensalada de salmón y gambas con un aliño divino y la tarte tatin del chef que es algo que se va del mundo. También nos prometían un Chablis helado así, que era imperativo agarrar el coche para evitar el largo paseo desde el lugar apartado del mundanal ruido al centro del ruido mismo.(*)

El problema de estos pueblos marineros con yates en el paseo marítimo es que están llenos de veraneantes que se desplazan con vehículo propio y esa circunstancia la aprovecha el Ayuntamiento para cobrar por aparcar durante todo el año unas cantidades abusivas y escandalosas.

Estas maquinitas son curiosas: ayudan a aprender idiomas y a acordarte de la salud de los ediles porque te van dando las instrucciones en catalán. Afortunadamente, matrícula se escribe igual en castellano y si te guías por los dibujitos de “mano metiendo dinero en ranura” y “papelito saliendo de ranura” puedes captar el mensaje y llevar a buen término la operación sin que los nervios se disparen. Algo parecido a lo que ocurre en las máquinas de mi ciudad de origen que tienen las instrucciones a la altura del ombligo y si quieres seguirlas te expones a que se te despierte el lumbago.

Pero a lo que voy. Que llegué al pueblo conduciendo mi coche rojo y aparqué lo más cerca que pude del restaurante. Mi sorpresa fue morrocotuda cuando voy y me encuentro la maquinita de sacar tiquet cubierta por un escudo metálico que abraza el sistema y se cierra por detrás con un candado de seguridad. Y un letrerito pequeño de verdad –en catalá- indicando que: (traducción libre mía) “Esta máquina queda precintada y fuera de uso hasta el día 29 a las diez de la mañana para evitar actos de vandalismo durante la fiesta de la vigilia de San Pedro”.

O sea, que llueve sobre mojado, y a mí es que no me extraña nada porque hace un par de años me despisté sin poner el papel de la OTA –que aquí se llama ORA (Ordenanza Reguladora Aparcamiento o “Zona blava”)- y un poco antes de Navidades me llegó un certificado con acuse de recibo de la Diputación de Tarragona avisándome de que tenía un plazo de quince días para pagar 90€ o atenerme a las consecuencias. Se me acusaba –a mí y a mi coche rojo- de haber infringido las Normas de Circulación, lo que es incierto, ilegal y hasta inconstitucional. Como no hice caso, un poco antes de Semana Santa del año siguiente mi banco aceptó el embargo por parte de la Diputación de Tarragona de la cantidad de 120€ en concepto de “Multa de Tráfico más gastos”, que nunca pude recuperar ni reclamar so pena de gastarme más en la salsa que en los caracoles, circunstancia que utilizan los abusadores para seguir abusando impunemente.

Así que no me extraña nada que cuando los sufridos contribuyentes de las arcas municipales de este municipio abusador donde los haya no tengan “cash” suficiente para llegar a fin de mes –o tomarse una paellita veraniega- se dediquen en vísperas de festivos de guardar a asaltar a palanquetazos las máquinas recaudadoras/robadoras del dinero del ciudadano que tiene que pagar por aparcar desde las nueve de la mañana hasta las DIEZ DE LA NOCHE. Caiga quien caiga y con una rebajita para los empadronados y/o residentes del municipio para que no se quejen demasiado por agravio comparativo con el turista.

Espero que no cunda el ejemplo -¿lo espero realmente?- y no se adapte la idea y el expeditivo sistema a otros pueblos donde se trata al ciudadano motorizado como si fuera un estúpido proveedor de las arcas municipales.

Por lo menos, me ahorré unos euritos y me gané un rato de risas.

En fin.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

 Foto: Cecilia Casado

 (*) Menú, Chablis incluido, con vermouth de aperitivo y café y chupisto de postre por 25€ por cabeza.

Temas

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


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