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Carlos Rilova

El correo de la historia

La clave está en Matilde. Un encargo sobre Historia de la Historia de España

Por Carlos Rilova Jericó

Esta semana el correo de la Historia se centrará en cumplir con un encargo hecho por uno de sus lectores. El interesado en cuestión es Der Alte Fritz, @Cruz_Hierro. Uno de los perfiles de Historia de la red social de Twitter que siguen o son seguidos -o ambas cosas- por el de esta publicación, @correoclio.

La petición se suscitó hace un par de semanas, cuando el correo de la Historia sirvió esa vez para tratar sobre la enésima polémica sobre la Historia de España, atizada por la publicación de una entrevista a Henry Kamen en “El País”, donde este historiador daba a conocer su, de momento, último libro. Uno que, ya desde su título -“La invención de España”- resultaba toda una provocación para muchos españoles que no admiten la más mínima injerencia en algo que ellos creen es “su” Historia. Salvo que sea para hacer un relato de maravillas y logros sin igual, sin defecto ni mácula alguna.

El resultado de todo esto fue un artículo del correo de la Historia que trataba de poner algo de sentido común y de respeto por la Historia como práctica que compete a especialistas (formados en la Universidad para ese fin específico, como se forma para los suyos respectivos a médicos o arquitectos) y no a charlatanes varios y dio pie a @Cruz_Hierro para pedir más información sobre libros de historiadores que hubieran tratado la cuestión de la Historia de la Historia de España, antes que Kamen. Y de eso se va a hablar a partir de aquí.

Han sido unos cuantos los historiadores que han tratado seriamente de la Historia de la Historia de España, aunque pudiera parecer lo contrario dado el desbarajuste que están creando esos espontáneos y amateurs que creen estar haciendo una gran labor repitiendo mantras tales como que España fue un imperio “generador” y que a los “indios” se les trató a las mil maravillas y otros argumentos que tienen, más o menos, el mismo nivel que las delirantes teorías del Institut Nova Història catalán. Ese que sostiene que William Shakespeare era, en realidad, catalán y chifladuras similares.

Uno de los primeros libros que se pueden citar en esa línea -en la de tratar de la Historia de la Historia de España con total seriedad y solvencia profesional- es “La gestión de la memoria” que recoge los estudios de varios historiadores y una historiadora acerca de cómo la Historia ha sido zarandeada por distintas instancias políticas españolas. Unas que, como se comentaba en aquel otro correo de la Historia sobre el libro de Henry Kamen, sin embargo, no han logrado el nivel de acierto que sí han logrado por ejemplo Francia o Gran Bretaña. Creando, por el contrario, una amalgama de tópicos folklóricos que son saludados con risas condescendientes apenas pasan la frontera de los Pirineos y el fraude intelectual de usar a charlatanes en lugar de historiadores para hablar de Historia de España, queda a la vista de países con un nivel cultural más elevado.

Dirige ese volumen el profesor Juan Sisinio Pérez Garzón, de larga trayectoria e interesantes estudios sobre instituciones españolas como la Milicia Nacional, tan a la orden del día hace ahora dos siglos, cuando triunfaba la revolución liberal de 1820.

Otro libro interesante a ese respecto puede ser “Las esencias patrias”, firmado por Fernando Wulff, profesor también. En este caso de la Universidad de Málaga.

Ese volumen data igualmente de mucho antes de esa oleada de charlatanería sobre la Historia de España que ahora parece estar llegando a su punto álgido. Fue publicado en el año 2003 por editorial Crítica. En él se parte de unas oportunas -aunque inquietantes- reflexiones sobre cómo todos los nacionalismos -no sólo los periféricos españoles- manipulan la Historia para convertirla en un soporte cultural para agredir -en distintas escalas que van desde la lucha política hasta el genocidio- a otros grupos declarados como enemigos del grupo que ha fabricado ese remedo de Historia nacional.

Una en la que, como bien recuerda Wulff, se sostienen, a veces, cosas tan absurdas como que los españoles existían ya en la época imperial romana como tales y no como miembros de tribus como los vacceos o cántabros. Gentes que jamás en sus vidas habían visto un mapa como el que hoy identifica a la nación española en los libros de Geografía.

Este excelente libro de Wulff lleva a sus lectores por todo un interesante recorrido sobre cómo se ha “fabricado” la Historia de España con fines políticos. Desde la época de Cervantes hasta el Franquismo, pasando por uno de los historiadores de carrera que quizás más la ha dañado. No otro que Antonio Cánovas del Castillo, que es descrito magistralmente -con todos sus errores políticos e historiográficos- en la página 137 de ese “Las esencias patrias” del profesor Wulff.

Otros libros que han tratado la cuestión de esa manipulación de la Historia de España -aparte de la “Mater Dolorosa” del profesor Álvarez Junco- sería “La crítica de la crítica” del también profesor Alberto Reig Tapia, publicado en 2017 por editorial Siglo XXI. Reig Tapia se centra aquí en su tema de especialización -la Guerra Civil española- pero incluye los problemas que se han suscitado en torno a su relato desde el año 2000 en adelante, en el marco de esa apropiación espurea de la Historia de España por determinados mistificadores que están interesados más en utilizarla para conducir al electorado español hacia partidos de Ultraderecha, que para hacer un relato responsable, veraz y de nivel europeo de la evolución histórica de España.

Otro libro interesante sobre ese tema concreto, sería “La odisea de la memoria” de la catedrática Josefina Cuesta, publicado por Alianza en el año 2008.

De un espectro más amplio es “De Hispania a España”, publicado en 2005 por Temas de Hoy. En él varios acrisolados historiadores examinan la evolución de la idea de España hasta la actualidad y su tratamiento en los libros de Historia.

Ya para acabar, otras lecturas que ayudarían a completar esa indagación sobre cómo los historiadores han tratado los mitos y la realidad con la que se ha escrito la Historia de España, serían “La Reconquista. Una construcción historiográfica (siglos XVI-XIX)” del medievalista mexicano Martín F. Ríos Saloma, publicado por la UNAM y Marcial Pons en 2011, y “La Guerra de la Independencia en la cultura española”, editado por Siglo XXI en 2008, que reúne a varios especialistas en el tema bajo la dirección de Joaquín Álvarez Barrientos.

Tanto un libro como otro tratan de separar el mito del hecho histórico en torno a dos cuestiones -la Reconquista y la Guerra de Independencia- que, eso es indiscutible, son ejes fundamentales en la Historia de España y en los relatos que se han hecho y hacen de ella.

Todos esos libros serían un buen punto de partida para satisfacer la curiosidad que planteaba @Cruz_Hierro. Habría algunos más. Pero no demasiados. Y aquí formularé una pregunta antes de concluir: ¿por qué son tan pocos esos libros qué explican, o lo intentan, la tortuosa Historia de la escritura de algo que realmente pueda llamarse “Historia de España”, más allá de lo que dicen auténticos charlatanes de feria promovidos por sectores “ultras” de la actual industria cultural española?

La respuesta es sencilla. La clave está en Matilde. Concretamente en Matilde Cherner. Una notable mujer española del siglo XIX.

Recientemente la editorial Seix Barral ha reeditado una de sus novelas históricas: “Ocaso y aurora”. Un folletín -al nivel de los de Ponson du Terrail o Dumas padre- ambientado en la España de Carlos II. Ella lo publicó bajo el pseudónimo de Rafael Luna en el año 1878.

Recomiendo vivamente su lectura -incluso pese a lo arcaico que nos pueda resultar hoy su lenguaje- por ser ya un verdadero documento histórico para nuestra actualidad.

Lo más llamativo del libro es que Matilde Cherner, según nos recuerda esta edición actual de “Ocaso y aurora”, era una mujer progresista y de ideas republicanas. Una verdadera suerte, porque, de haber sido canovista y reaccionaria, este historiador teme lo que hubiera podido escribir en esas páginas.

El cuadro que dibuja Matilde Cherner de la época de Carlos II es el de un verdadero desastre, una pintura negra de Goya. Un país, por resumir, que da verdadero asco y está perdido en las tinieblas de la Historia desde los tiempos, cuando menos, de los Reyes Católicos y la derrota de los comuneros en Villalar.

En resumen, “Ocaso y aurora” relata, otra vez, la habitual cantinela decimonónica hispana que condujo a España, de cabeza, al laberinto de 1898 en el que la derrota estaba garantizada por, entre otros factores, esta desmoralización política tan cultivada en los medios culturales españoles desde varias décadas atrás.

¿Eso significa, como les gustaría a muchos “ultras” que se regodean hoy en demoler la Leyenda Negra (o eso creen ingenuamente ellos) que, una vez más, la culpa de la supuesta postración de España es de “rojos” como Matilde Cherner?

Si es así, siento desilusionarles. Si por algo se caracterizó la España del siglo XIX fue porque tanto “rojos” como “azules” se dedicaron a buscar, hasta debajo de las piedras -aunque no tanto en nuestros ya para entonces magníficos archivos estatales- argumentos que demostrasen aquello de lo que los unos y los otros -o las otras en el caso de Matilde Cherner- estaban bien seguros: que la Historia de España era un verdadero desastre, sobre el que casi no merecía la pena escribir.

De ahí la penuria de libros sobre el tema, de ahí el aluvión de “hispanistas” (como Kamen) que, acaso con la mejor intención, vinieron a echar un cable a tan desorientada nación, de ahí las derivas incomprensibles de algunas historiadoras españolas de carrera que han escrito solventemente sobre el tema -como la académica Carmen Iglesias que, pese a ser autora de “No siempre lo peor es cierto”, hoy apoya libros de tan baja calidad sobre el tema como los de M.ª E. Roca Barea- y, en general, de ahí la muerte de toda inteligencia para escribir y hablar de Historia de España, hoy por hoy, después de apartar del escenario -a codazos y empujones- a los historiadores formados como especialistas universitarios en la materia.

Hagan la prueba. No sólo la “roja” Matilde Cherner sentenciaba, ya en el siglo XIX, que la Historia de España era un auténtico desastre sobre el que nada bueno se podía escribir. Lean a Julián Juderías y Loyot, lingüista, historiador, sociólogo… a medio camino entre el reaccionarismo y el progresismo regeneracionista y hoy uno de los héroes de esos autores y lectores que han confundido revindicar la Historia de España con disfrazarla de relato impoluto (cosa imposible en cualquier potencia con ambiciones imperiales), porque ese historiador y académico escribió un magnífico libro contra la Leyenda Negra. Sí, lean no a ese Julián Juderías y Loyot sino al que escribió, en 1912, “España en tiempos de Carlos II el hechizado”, donde con una pasmosa mala praxis como historiador tiraba por tierra todo lo que decía en esa obra -“La leyenda negra y la verdad histórica”- que hoy tanto elogian quienes creen que todos los males de España derivan de “rojos” como Matilde Cherner.

Con esas lecturas se convencerán hoy, unos y otros, de que España es un caso particular, que su Historia lleva ya más de siglo y medio baqueteada por “rojos” y “azules” y por eso no es extraño que sólo un puñado de historiadores profesionales, con más arrojo que prudencia, se hayan tomado la molestia de escribir sobre un tema tan encenagado y que, de no tomarse serias medidas desde ahora mismo, tendrá consecuencias bastante poco agradables para la cohesión de este estado de la Unión.

Como bien han notado, con lógica alegría, historiadores de carrera puestos al servicio de su destrucción. Caso del doctor Oriol Junqueras, hoy -con permiso penitenciario- profesor de Historia del Pensamiento Occidental en la Universidad de Vic.

Como dice el también profesor Reig Tapia al comienzo de su libro citado en este artículo, quién ha sembrado malos vientos no puede esperar sino recoger estas tempestades que, como espero haber dejado claro, han estado fraguando, desde mediados del siglo XIX, aquellos (y aquellas) que -con peor o mejor intención- pretendieron escribir una Historia de España que tenía que ser -siempre- un auténtico desastre. Incluso a despecho de lo que vamos descubriendo en los archivos y publicando -como buenamente podemos- quienes, pese a todo eso, creemos que, en base a documentos reales y no a fantasías malsanas -elaboradas desde una lectura parcial y sesgada de las fuentes documentales- se puede (y se debe) escribir una Historia de España racional, científica, similar en todo a la de otros países que, como ella, forjaron la Historia Moderna de Europa y del Mundo.

Un paseo por el pasado

Sobre el autor

Carlos Rilova Jericó es licenciado en Filosofía y Letras (rama de Historia) por la Universidad Autónoma de Madrid y doctor en Historia Contemporánea por la Universidad del País Vasco. Desde el año 1996 hasta la actualidad, ha desarrollado una larga carrera como investigador para distintas entidades -diversos Ayuntamientos, Diputación de Gipuzkoa, Gobierno Vasco, Universidad del País Vasco...- en el campo de la Historia. Ha prestado especial interés a la llamada Historia cultural y social, ahondando en la Historia de los sectores más insignificantes de la sociedad vasca a través de temas como Corso y Piratería, Historia de la Brujería, Historia militar... Ha cultivado también la nueva Historia política y realizado biografías de distintos personajes vascos de cierto relieve, como el mariscal Jauregui, el general Gabriel de Mendizabal, el navegante Manuel de Agote o el astrónomo José Joaquín Ferrer. Es miembro de la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza


marzo 2020
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