En mi post anterior mencioné que los ricos se llevan en el período más reciente una fracción mayor de la renta y que los ricos llegan a pagar menos que los pobres, basándome en el trabajo de Emmanuel Saez y Gabriel Zucman (SZ), “The triumph of injustice. How the rich dodge taxes and how to make them pay”.
Además, la evasión fiscal ha aumentado con el tiempo, como muestra la Figura 1. En el eje de ordenadas se muestra la cuantía de la evasión de impuestos, expresado en el porcentaje que supone respecto al total de impuestos. En el eje de abscisas se muestran los diferentes colectivos de contribuyentes, en función de la renta, de más pobres a más ricos. En efecto, el primer colectivo en el eje de abscisas (empezando por la izquierda) es el del grupo con el percentil de renta que va desde 0 a 10, esto es, el 10% de la población más pobre según su renta. Después va el colectivo que se sitúa entre el percentil 10 y 20, esto es, el 10% siguiente de la población más pobre. Así, sucesivamente, hasta los grupos más ricos, que se dividen entre percentil 90-percentil 95, percentil 95-percentil 99, percentil 99-percentil 99,9, percentil 99,9-percentil 99,99, percentil 99,99-Top 400. Como se puede observar en la Figura 1, todos los colectivos evaden parte de los impuestos que les corresponden, pero parece que los muy ricos lo hacen más que el resto de la población, especialmente los ultraricos, hasta casi un 25%. Ello es posible porque, si bien la clase trabajadora recibe las remuneraciones a través de empresas e instituciones que informan de ello a Hacienda, los que más ganan dependen menos de este modo de funcionamiento, pero especialmente porque tienen asesores que les ayudan a pagar menos impuestos. Existe un negocio muy lucrativo alrededor de todo esto.
Fuente: Saez y Zucman, 2019, “Tax Justice Now”.
Evidentemente, las nuevas tecnologías han facilitado la evasión fiscal. Los Papeles de Panamá dejaron muy claro la importancia de las sociedades pantalla (shell company) en lugares “lejanos” (offshore) para evitar el pago de impuestos. Hace algún tiempo escribí sobre la riqueza oculta de las naciones (aquí) y lo que se puede hacer para evitarlo (aquí), basándome en el trabajo de Zucman. Y todo esto ha tenido lugar, un tanto sorprendentemente (lo digo porque uno de los “mantras” que se escucha periódicamente es que mayores impuestos incentivan el fraude), junto con un descenso clarísimo de los tipos impositivos del impuesto de sociedades en el mundo. Además, los beneficios de las multinacionales se mueven a aquellos lugares con menor imposición (profit shifting; pincha aquí para el post). El Estado soberano, según SZ, se ha “comercializado”. Como señalé hace poco, Luxemburgo, los Paises Bajos, Irlanda, Malta y Chipre son claros ejemplos de ello en la UE. Y hay bastantes más: Hong Kong, Bermudas, Islas Vírgenes Británicas, … Recordaba hace poco, leyendo a Piketty, el caso LuxLeaks en el que el anterior Presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, reconoció su “grave error” en el asunto en el que grandes multinacionales pagaron una cantidad irrisoria de impuestos, bajo el amparo del gobierno luxemburgués (del que Juncker fue primer ministro), a costa de la mayor parte del resto de los países europeos.
Para evitar este comportamiento los países de la OCDE lanzaron la iniciativa BEPS (Base Erosion and Profit Shifting), que trata de “poner arena sobre las ruedas” de la evasión fiscal. Según la iniciativa, se trataría, entre otros, de evitar precios de transferencia “irreales” que tenga como objeto la evasión fiscal a través del traslado de los beneficios a los países con menos impuestos. Pero no ha tenido mucho éxito hasta la fecha. En cambio, ha tenido lugar una competición a la baja para los beneficios empresariales (no tanto para las rentas del trabajo).
SZ creen que es posible darle la vuelta a esta tendencia. Partiendo de que la globalización financiera es un hecho, proponen un enfoque global para:
Una de las medidas “estrella” de la segunda parte de sus propuestas es la combinación de:
El impacto de estas medidas, u otras alternativas, para los Estados Unidos se puede observar en el modelo de simulación que ellos mismos han creado (pincha aquí). Ciertamente, sería un movimiento en la dirección correcta, a pesar de lo limitado de la actuación.
Como dice el refranero, del dicho al hecho, hay un trecho … tanto en Estados Unidos, aquí o en cualquier otro país … pero su momento ha llegado …