Las consecuencias económicas de la crisis del COVID-19, o, como el Fondo Monetario Internacional lo ha bautizado, el Gran Confinamiento o the Great Lockdown (que es como lo voy a llamar en adelante), van para rato …
En mi post anterior intenté dar una visión amplia del Gran Confinamiento … pero todo era muy preliminar y provisional todavía … casi como ahora …
El jueves pasado el Instituto Nacional de Estadística (INE) proporcionó un avance más detallado de lo ocurrido en el primer trimestre de 2020 hasta finales de marzo (pincha aquí). Sin embargo, hay que ser muy prudente con estas estimaciones, ya que como indica el INE: “La situación provocada por la COVID-19 en España y el impacto de las medidas adoptadas para la protección de la salud de la población desde el pasado mes de marzo introducen una dificultad extraordinaria para la medición de la evolución económica del conjunto del trimestre.”
En la Figura 1 se recogen las tasas de variación interanuales del PIB, según el índice de volumen encadenado, que recoge las variaciones de la actividad real. La caída fue de 4,1%, y eso que el estado de alarma abarca sólo aproximadamente 1/6 de todo el trimestre. En términos intertrimestrales la caída fue de 5,2%, y los sectores que más sufrieron fueron “Actividades artísticas, recreativas y otros servicios” (-11,2%), “Comercio, transporte y hostelería” (10,9%) (véase un análisis muy interesante sobre el impacto del Gran Confinamiento en la hostelería aquí, por E&Y y Bain), Construcción, (-8,1%) y “Actividades profesionales, científicas y técnicas y otras” (-8,0%). Probablemente, las variaciones intertrimestrales reflejan más el comportamiento a muy corto plazo y el interanual a un plazo algo más largo. El empleo (horas trabajadas) cayó un 4,2% en términos interanuales y 5,0% en términos intertrimestrales, muy parejos al PIB. Llama la atención que la remuneración de los asalariados aumentó un 2,8% y el excedente bruto de explotación/Renta mixta bruta un -9,8% en términos nominales e interanuales, mientras los precios lo hicieron al 1,3%.
Figura 1. Tasas de variación interanuales del PIB (volumen encadenado).
Fuente: INE.
En el País Vasco salieron hace poco unas cifras parecidas, pero un poco menos graves (pincha aquí para los datos proporcionadas por Eustat): 3% de caída en términos interanuales y 4,5% en términos intertrimestrales (los máximos desde 1996 hasta ahora eran/son 2,5% y 4,9%, en el 3er trimestre de 2009), lo que “han supuesto un desplome abrupto de la actividad económica sin precedentes difícilmente predecible”, según el Eustat. El empleo cayó un -3,1% y -4,1%, respectivamente.
Hace pocos días el Banco de España proporcionó una estimación detallada de la situación económica que nos deparan el presente y futuro próximo, a pesar de que conviene recordar el alto grado de incertidumbre de dicha estimación. La Tabla 1 resume los distintos escenarios. El primer enfoque, de oferta, prevé:
El segundo enfoque, con el Modelo Trimestral del Banco de España (MTBE), prevé descensos ligeramente superiores para los escenarios 1 y 2 y mayores para el 3. Las mayores caídas prevén crecimientos mayores para 2021. Las tasas de desempleo se situarían entre el 18% y el 22%.
De hecho, el 1 de mayo el gobierno español variaba sus previsiones de crecimiento: ‑9,2% en 2020 y 6,8% en 2021. El empleo (horas trabajadas) se reducirán un 9,7% y la tasa de desempleo alcanzará el 19% en 2020, mientras que para 2021 estos valores serán de 5,7% y 17,2%, respectivamente. Parece que son previsiones un tanto optimistas, dado que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) avala esas previsiones “aunque alerta de riesgos a la baja referidos a la posibilidad de que se materialicen escenarios epidemiológicos más adversos o daños más persistentes en la capacidad productiva de la economía y el empleo que dificultarían la recuperación proyectada para la segunda mitad de 2020 y para 2021.” (pincha aquí)
Tabla 1. Escenarios de crecimiento de la economía española
Fuente: Banco de España
Teniendo en cuenta todo lo anterior, creo que resulta útil comparar el Gran Confinamiento con la Gran Recesión (también llamada, la Crisis Financiera Global o la Gran Crisis de 2008-2009). El catedrático Francisco Alcalá (de la Universidad de Murcia). ha realizado una utilísima comparación (pincha aquí). Tal y como él refleja, “Esta vez no hay un sector económico que haya vivido un auge desproporcionado e insostenible, como fue el de la construcción en su momento, ni un sistema bancario que deba ser reconstruido. El núcleo original del problema económico es un problema sanitario que dificulta las posibilidades de producir y consumir y, por tanto, los avances sanitarios son la precondición para resolver el problema económico. Ahora bien, el problema original puede magnificarse o amortiguarse en función de la eficacia con la que se neutralicen los mecanismos de propagación de la crisis económica (dificultades de liquidez, caída de demanda por desempleo y pérdida de ingresos, deterioro de expectativas). El impacto será importante pero es superable desde la solidaridad y el liderazgo de un sistema político que debe debatir alternativas para acordar soluciones.”
Tal como señala Alcalá, una crisis económica tiene dos oleadas (véase Gráfico 2):
Gráfico 2. Fases de las crisis económicas.
Fuente: F. Alcalá
En el Gran Confinamiento no hay ninguna dinámica previa que dé lugar a la crisis. Para afrontar la pandemia, el país se “cierra”, lo que impide la actividad económica. Sin embargo, los tres mecanismos de propagación y amplificación siguen estando ahí: crisis de liquidez, despidos y pesimismo.
Pero hay dos diferencias, al menos, respecto a la Gran Recesión:
Las respuestas a la crisis tienen dos aspectos, como se muestra en el Gráfico 3:
Gráfico 3. Respuestas al Gran Confinamiento.
Fuente: F. Alcalá
Por supuesto, para afrontar este reto está el problema de su financiación: gastar menos en otros apartados, aumentar ingresos, endeudarse y recurrir a la Unión Europea. Todos ellos son complicados, desde luego. Además, debería ir aparejado de otras estrategias a más largo plazo, tales como la modernización fiscal, la digitalización, … (Gráfico 3).
Ya estamos en la desescalada. Ya se verá lo que nos deparan las próximas semanas. …
¡Ánimo!