Alberto Moyano

Sólo estamos a mitad del Festival. No es momento aún de hacer balances, claro. Sin embargo, recapitulemos:

1) Keith Jarrett levantó el martes más opiniones dispares que en todas sus visitas anteriores. Al parecer, estuvo sublime, pero dicen que todos los días caviar de beluga cansa. Unos vibraron como la primera vez y otros se aburrieron como ostras. El resultado del cruce de opiniones es, en todo caso, más estimulante que las siempre sospechosas unanimidades.

2) Mayor consenso despertó la actuación de Johnny Winter, descrita en algún sitio como un derrumbe musical en directo. Seamos seropositivos: ¿Cuántas veces tiene uno la oportunidad de presenciar un concierto verdaderamente crepuscular?

3) La noche de hoy ya ha demostrado su vocación maldita. Tras caerse del cartel el ‘Berlín’ de Lou Reed, primera opción para esta velada gratuita en La Zurriola, el clima amenaza hoy el buen transcurrir del mano a mano entre Bobby McFerrin y el Orfeón. No obstante, un somero conocimiento de la psicología de las masas permite confiar en que el hecho de ser gratuito y mañana fiesta bastarán para llenar la playa de público.

4) El blog que el director del Festival mantiene en la web jazzaldia.com recoge el trepidante transcurrir de la programación, así como el minuto a minuto de los imprevistos. Hoy, por ejemplo, relata cómo se gestó la suspensión de las actuaciones de anoche en los escenario playeros gracias a la galerna e incluso hay quién se interesa por el cobro -o no, que diría Rajoy- de los conciertos cancelados

5) La galerna también hizo bailar las letras del periódico. En el DV de hoy aparece citado un extraño “cantaor” que responde al nombre de “Pelvis Costero”. No se puede negar que da miedo, aunque también ganas de verle en directo. A ver si el año que viene…