KUTSIDAZU BIDEA, IXABEL
Título original: Kutsidazu bidea, Ixabel
Año: 2006
Duración: 100 minutos
País: España
Dirección: Fernando Bernués, Mireia Gabilondo
Guion: Carlos Zabala, Fernando Bernués, Mireia Gabilondo, Nagore Aranburu (Novela: Joxean Sagastizabal)
Música: Iñaki Salvador
Fotografía: Gaizka Bourgeaud
Reparto: Mikel Losada, Ainere Tolosa, Iñake Irastorza, Mireia Gabilondo, Iñaki Zapirain,Xabier Zapirain, Anjel Alkain, Joseba Apaolaza, Maite Arrese, Josean Bengoetxea,Asier Hormaza y Lierni Fresnedo
Productora: Tentazioa
Género: Comedia
Juan Martín, un joven de San Sebastián, decide pasar el verano en un caserío perdido en el monte para mejorar su nivel de euskera. En el caserío comprobará que el euskera que manejan sus habitantes difiere bastante del que ha aprendido en las aulas. La familia del caserío la forman el padre, la abuela y cuatro hijos. Por una parte están los problemas lingüisticos y por otra el desconocimiento que tiene el protagonista del entorno rural en el que ha desembarcado. La sensual Ixabel, la hija pequeña de la familia, despertará sentimientos desconocidos hasta ahora para él. (FilmAffinity)
A mediados de la primera década de los 2000 despuntó un poco la industria cinematográfica vasca con un par de pequeñas joyitas. ‘Aupa Etxebeste’ sentó las bases de la comedia en euskera, y ‘Kutsidazu bidea, Ixabel’ siguió la estela con un resultado más desigual.
Basada en una novela y una obra de teatro del mismo nombre, ‘Kutsidazu bidea, Ixabel’ narra la historia de un joven donostiarra que a principios de los 80 decide aprender euskera y lo hace marchándose durante unos días a un caserío guipuzcoano. El choque social y los malos entendidos son el motor sobre el que se sustenta esta comedia que, para su adaptación al cine, decidió ampliar la historia mucho más allá y se adentró un poco más en la situación socio-política del País Vasco en la época, aumentar el número de personajes y estirar el chicle, tal vez demasiado.
Lo que en teatro o en la novela era una historia muy sencilla, aquí se convierte en más grande. Se reduce el humor en favor del drama. Se sacrifica la luz por la oscuridad. Aunque al final, la historia simpática principal sigue siendo el motor principal de la película.
Todo lo que no ocurre en el caserío funciona regular. Ni ETA, ni los Guardias Civiles en el monte, ni las prostitutas, ni las verbenas de pueblo… ninguno de estos pasajes consigue enganchar tanto como las idas y venidas de un pobre Juan Martín (Mikel Losada) enfrentándose de tú a tú a un entorno rural que le es completamente ajeno. El trabajo en el campo, con el ganado o su relación con los familiares de Ixabel (Ainere Tolosa) es el verdadero punto álgido de la cinta, lo que despierta carcajadas y dinamiza la cinta.
Cuanto más sencillo y cotidiano es ‘Kutsidazu bidea, Ixabel’ mejor. La relación entre Ixabel y Juan Martin, es prueba de ello, funciona bien, ellos están bien, no es nada memorable, pero consigue sostener el peso de la cinta con solvencia. Esto se desmorona cuando a la historia central se le van añadiendo variables que poco o nada aportan. De acuerdo, el tema de ETA o la Guardia Civil sirven para contextualizar mejor que en la novela, igual que sucedía con ciertos elementos en la reciente adaptación de ‘Call Me By Your Name‘, pero el problema está en dedicarles a esos detalles demasiado tiempo y no dejarlos como lo que son, algo pasajero, un guiño.
En cuanto a las actuaciones, bien, correctas. A excepción de Mikel Losada, ninguno destaca, ninguno sobresale, ninguno es memorable. Se trata de un nutrido grupo de actores conocidos en el País Vasco, especialmente por teleseries y programas. El grueso del reparto del programa de humor Wazemak, salvando las distancias fue el equivalente en euskera de Vaya Semanita, sale de esta película. Cada una de sus apariciones o cameos, despierta una sonrisa cómplice del espectador familiarizado con ellos.
Antes de terminar, me gustaría abordar ese final que nos saca completamente de la película. El coche que gira alrededor del caserío y va a toparse con todo el equipo técnico (sonidistas, cámaras, técnicos de luz, maquilladores, peluqueros…). Este recurso, muy útil para sacar al equipo técnico en pantalla, es fallido por derribar el cuarto muro de forma tan poco sutil y sin venir a cuento. Entiendo este recurso en otro tipo de película, pero aquí no, pierde todo el sentido. Un palito importante.
Lo mejor: La música y las escenas de Mikel Losada en el caserío.
Lo peor: Entiendo la razón de ampliar la historia, pero lo extra aporta poco y lastra a lo verdaderamente importante. Y ese final, por favor.