‘El hombre de la máscara de hierro’: cuando no eres objetivo con una película
EL HOMBRE DE LA MÁSCARA DE HIERRO
Título original: The Man in the Iron Mask
Año: 1998
Duración: 132 minutos
País: Estados Unidos
Dirección: Randall Wallace
Guion: Randall Wallace
Música: Nick Glennie-Smith
Fotografía: Peter Suschitzky
Reparto: Leonardo DiCaprio, Gabriel Byrne, Jeremy Irons, John Malkovich, Gérard Depardieu, Judith Godrèche, Anne Parillaud, Hugh Laurie, Peter Sarsgaard
Productora: Metro-Goldwyn-Mayer
Género: Aventuras / Acción / Drama
Sinopsis: 1660. Mientras Francia se muere de hambre, el Rey Luis XIV mantiene un régimen de terror. Sólo “los tres mosqueteros” podrán enfrentarse a esta situación. Su misión consiste en liberar a un misterioso prisionero que está encerrado en La Bastilla y que es el único que puede salvar a Francia. (FilmAffinity)
Hay películas que ves en un momento muy concreto de tu vida y te impactan. No necesariamente tienen que ser películas impecables. O no al menos para la crítica. Porque el caso de ‘El hombre de la máscara de hierro’, película que me llegó a mí en mi más tierna infancia en VHS, vídeo que obviamente vi muchísimas veces, no es una gran película, de hecho es una película fallida, pero qué bien me lo ha hecho pasar. Por este motivo, soy incapaz de ser demasiado objetivo con ella, pero lo intentaré.
‘El hombre de la máscara de hierro’ es una película de aventuras que se basa en una parte del libro (‘El vizconde de Bragelonne‘) que pone fin a la trilogía de los ‘Mosqueteros’ de Alejandro Dumas. Esta parte de la novela, igual que la mayoría de la obra del francés, toma la historia francesa de los siglos XVI, XVII y XVIII para situar sus aventuras. En este caso estamos en el principio del reinado, como tal, de Luis XIV. Este rey francés, considerado como el más grande monarca absolutista del país galo, fue rey desde los 4 años, cuando su padre, Luis XIII, falleció, pero no fue hasta su vida adulta cuando de verdad tomó posesión de sus funciones. Esta película se sitúa en ese momento donde Luis lleva poco tiempo en el trono, todavía no se ha casado con María Teresa de Austria y no ha empezado su mayor proyecto: el Palacio de Versalles.
Situados en este punto nos encontramos con los tres mosqueteros (Athos, Porthos y Aramis) retirados y con D’Artagnan que sigue al servicio de su majestad. La historia nos cuenta que Luis es un rey absolutista, incapaz de ver las necesidades que tiene el pueblo sobre el que gobierna. Dumas, y por extensión Randall Wallace, toman una vieja historia francesa de la que se desconoce prácticamente todo. La historia de un prisionero que estuvo durante los últimos años de su vida en prisión con su rostro cubierto por una máscara de hierro. La identidad de este prisionero ha sido siempre motivo de especulación.
Puestos a especular, aquí tenemos la versión de que el famoso hombre de la máscara de hierro es un hermano gemelo de Luis XIV. Aprovechando esta circunstancia los tres mosqueteros conspiran para cambiar a Luis XIV (Leonardo DiCaprio) del trono. Jeremy Irons, John Malkovich y Gérard Depardieu, sacan al prisionero de prisión y pergeñan un plan para poner a Philip (Leonardo DiCaprio) en el trono.
La película no deja ser una historia de aventuras. Fue vapuleada por la actuación de DiCaprio, el cual me parece más que correcto, en dos papeles que no son nada sencillos. La crítica también la tenía tomada con él por ser de estos ídolos adolescentes, afortunadamente el tiempo lo ha puesto en su lugar. Del resto del reparto brillan los tres mosqueteros (Irons, Malkovich y Depardieu) y sale un poco perjudicado Gabriel Byrne como D’Artagnan, el más sobreactuado de todo el reparto. Pero en líneas generales el resultado me parece correcto.
¿Tiene errores? Claro, como todas las películas. Pero el caso de ‘El hombre de la máscara de hierro’ es de estas películas que me llegaron en el momento oportuno y que siempre tendrán un lugar especial en mi corazón. De estas películas que repito de tanto en tanto y que me hacen volver a la infancia, cuando puse por primera vez aquel VHS. El cine también es mucho de esta nostalgia que no entiende de razones.
Lo mejor: La ambientación, el vestuario y, sí, las actuaciones protagonistas, especialmente de los tres mosqueteros.
Lo peor: Comparada con otras adaptaciones de capa y espada ha envejecido mal.
