De pequeña, yo no quería ser modelo. Aún así, me faltan diez centímetros, para la vida real, de una compradora compulsiva, adicta a las rebajas como yo. No vivo a ras de suelo, pero seguro que me quedaban mejor los pantalones, si no tuviese que cortar media pernera cada vez que me compro unos. ¡Además […]