En Donostia somos muy de monte. Ayer sin ir más lejos me manché de barro hasta las orejas en Ulia. Al mal tiempo buena cara, y doblete de calcetín. Me lo dijo un buen amigo cenando el sábado, y ha supuesto todo un descubrimiento. Ni medias de compresión, ni patucos, ni leotardos, ¡la clave está […]