De vez en cuando me gusta hablar de los estudios que se hacen buscando las bondades del vino. No sólo vale que sepa bien y que consiga largas conversaciones en torno a él, sino que hay científicos empeñados en encontrar su lado farmaceútico. Aquí van las dos últimas novedades:
Por un lado el Doctor Chun Chao (sí, así como suena) director del Departamento de Investigación y Evaluación de Kaiser Permanent Medical Group en Pasadena (Estados Unidos) nos dice que entre los 84.170 hombres (entre 45 y 69 años) aquellos que tomaron vino tinto un 2% mostraron menos riesgo de sufrir cáncer de pulmón con cada vaso de vino tinto consumido al mes. Más aún: la reducción más significativa del riesgo se produjo entre los fumadores que tomaban una o dos vasos de tinto al día, para estos había hasta un 60% menos de riesgo de cáncer de pulmón. Claro que, ya advierten que la mejor manera de evitar el cáncer de pulmón es dejando de fumar.
Pero lo mejor es que en Pittsburgh, un investigador bajo el nombre de John Greenberger (este sí parece más serio)dice que el resveratrol podría ayudar a nuestras células en caso de exposición a la radiación. Parece que no es suficiente con convertir la bodega en un refugio atómico sino que habla de un medicamento basado en unas altas concentraciones de resveratrol. Pero bueno, seguro que no pasa nada si empezamos ahora a acumular el dichoso resveratrol, yo desde luego no pienso esperar a una guerra nuclear para saber si el tinto va bien o no.