Koldo Salinas es un gran repostero de Irún. Su pastelería Brasil, en el Pº de Colón es un pequeño gran negocio familiar. Sus postres de chocolate jamás se olvidan. Después de tantísimos años trabajando para sus clientes, para los grandes cocineros que le han reconocido el trabajo y para las empresas a las que les gusta hacer experimentos que salen bien, ha decidido que es hora de dejar escrito un libro. Afortunadamente.
Este no es solo un homenaje que se merecía Koldo Salinas, y por eso se ha cuidado hasta el mínimo detalle este libro, sino el libro de un hombre enamorado de su trabajo como pocos. De un hombre que lo sabe todo. Que quiere que la gente, los aficionados, los profesionales y los que mañana deciden introducirse en el mundo de la pastelería sepan todo lo que haya que saber de su mano. Es un libro entretenido porque es fácil. Entretenido porque las recetas apetecen mucho. Entretenido porque hay tartas que se hacen para una fiesta y hay pastas que se pueden hacer para tener en la cocina y picar.
Es un libro que merece la pena tener.
Y este es un agradecimiento a un hombre que pudo ser contable en la Laboral y que, de la noche a la mañana, se decidió por dedicarse a la pastelería familiar antes de que desapareciese.