Ha abierto un nuevo concepto de bar en NY, y como las modas se mueven con facilidad doy el aviso por lo que pudiera ocurrir.
La máquina enomatic ya es conocida en San Sebastián. Esa máquina que permite mantener un vino perfectamente cerrado al menos durante una semana. Un dispensador que, además, permite al propietario del bar controlar la medida del vino que sirve, de esa manera puede hacer un cálculo bastante ajustado sobre el precio de cada copa.
El siguiente paso estaba cantado y Clo Wines en Nueva York lo acaba de dar y lo ha puesto en práctica. No hay camareros para servir el vino. Las máquinas dispensan solas. Le metes el dinero, tu tarjeta de crédito o la tarjeta del bar, pones la copa y te sirve la bebida. De vez en cuando pasa un propio a recoger cristalería y se acabó. Eso sí, todo muy muy moderno para que no parezca cutre. Las explicaciones de cada vino, el precio y algún tentempié sale proyectado sobre la barra que es táctil.
Se acabó lo de preguntar qué tal está tal vino o incluso hacer un comentario sobre el partido de la Real.
Eso sí, creo que al final de la noche una voz te despide:
“Que tenga un feliz viaje.”