Vengo de la huerta y me encuentro que la OMS ha publicado que el consumo de carne roja es posiblemente cancerígeno y que el consumo de carnes procesadas es cancerígeno. Esto ha causado cierto revuelo entre mis compañeros de profesión, con diferentes matices pero todos con las mismas conclusiones; esta afirmación cojea de las dos piernas.
Afirmar que probablemente el consumo de carne roja sea cancerígeno sin hablar de frecuencia de consumo, ni del tipo de ganadería que produce esa carne, ni su forma de prepararla, ni de sus guarniciones, ni de la dieta habitual de cada persona es cuanto menos corto de miras. Estoy de acuerdo con el hecho de que un consumo excesivo de carnes rojas (que generalmente se asocian a bajos consumos de verduras) puede contribuir a la aparición de cáncer pero hay que matizar más, currar más, bucear más en un tema como este antes de publicar algo. Sobre todo una organización como la OMS, creo que podía haber hecho un estudio mucho mas a fondo. Medios y recursos no les faltan.
Y en cuanto a la carne procesada no dicen nada nuevo. Un consumo excesivo se asocia directamente con el cáncer. Pero yo no metería en el mismo saco a todos los procesados, no es lo mismo un jamón de bellota que solo lleva un proceso de curación con sal y un posterior secado por ejemplo que unas salchichas rellenas de queso que llevan……un proceso más complejo.
Desde luego está muy bien que desde la OMS se impulse el consumo responsable de carne roja y un mayor control en las carnes procesadas, al menos así lo leo yo. Es decir, no es cuestión de abandonar el consumo de carne roja y derivados pero sí de ser conscientes de que su abuso tiene, por un lado, consecuencias negativas para la salud corporal pero por otro, y es algo que a menudo se olvida, tiene un impacto ambiental muy fuerte. Cultivos intensivos, transgénicos, polución, desigualdad, abuso de antibióticos, etc. Todo esto para abastecer a una demanda excesiva de carne y derivados que está muy claro que no son saludables.
¿Y a qué venía el título del post?
Tras el hecho de llevar el alimento a la boca, masticarlo y tragarlo hay toda una serie de pasos que son mucho más que comer. Son cómo cultivar, cómo criar animales, cómo distribuir los alimentos, cómo enriquecerse sin importar las desigualdades que se generen, en definitiva toda una serie de “cómos” que afectan al mundo entero más allá de tus células. Recuerda que cada compra es un voto y tú decides a quien votar. ¿De dónde viene lo que comes?
Hasta la semana que viene!