Suelen decir que de las malas digestiones llegan las mejores pesadillas (y para Allan Poe seguramente los mejores cuentos) así que voy a imaginarme que el sueño que tuve me llegó gracias a una buena digestión. Dicen que el subconsciente ayuda a trabajar las imágenes de los sueños y los personajes que, de repente, aparecen es porque llevan tiempo escondidos o, de repente, aparecerán en tu vida, a esos también se les cocnoce como premoniciones. No sé dónde encajar todo esto ni por qué apareció todo junto en mi vida pero allá va:
Soñé que unos amigos empezábamos comiendo unas alubias en el Frontón de Tolosa. Extraordinarias como no podía ser de otra manera porque eran frescas, recogidas en Hernialde esa misma mañana, con la morcilla nueva de Ordizia. Tras el plato nos levantamos de la mesa para ir a uno de los mejores asadores de la localidad, el Burruntzi, a tomarnos un cogote de merluza en su punto de frescura y de asado. El Burruntzi se ha especializado de tal manera que cuando llamas para hacer una reserva te preguntan si vas a tomar carne o pescado y ya se sabe que será cogote o txuleta. En el sueño nos despedíamos del Burruntzi y nos íbamos a Casa Nicolás a rematar la jugada con una txuleta. La mejor. Cuando salimos de ahí vimos que enfrente estaba Casa Julián, ¿por qué no incluirlo también en el recorrido? Y tras la txuleta en cualquiera de los dos sitios (si no en los dos) un paseo tranquilo a la pastelería Gorrotxategi para tomar el postre clásico, tejas, cigarillos y xaxus de Tolosa.
Y el sueño fue tan raro que pudimos tomar un vino en cada sitio y los vinos, para hacer que las cosas fueran más raras aún, eran todos vinos curiosos: para las alubias un Riesling, Barzen Sekt Brut 2006 de Mosel, Alemania. entre los comensales recuerdo que hubo quien no se lo pudo creer, ¿un blanco espumoso y riesling para las alubias? Roberto estaba seguro. Para el pescado un sauvignon blanc de la India, el Sula de Nashik, me desperté en ese momento y por eso no lo recuerdo como nada especial. Me volví a dormir para acabar con un más que brillante Chateau Khoury 2004 del Líbano. Recuerdo que fue una revelación. Tengo que saber si existen alguno de estos vinos que soñé para hablar sobre ellos en un post. Terminamos con un dulce, Montanfredda Moscato D’Asti italiano.
Me desperté feliz y, además, sin tener la sensación de haber comido ni bebido mucho. Pensando que podría ser un circuito turístico para Tolosa ya que se está posicionando como un pueblo gourmet, ¿en cuántos lugares se puede comer la especialidad, que el plato sea complementario del anterior y que esté situado a menos de cinco minutos a pie? ¿Habría alguien que quisiera y se atreviera a hacerlo? Por lo menos queda lo soñado y, como se sabe, “toda la vida es sueño…”